"Quién dará vida al bello esclavo sino su amo?. Sus rasgos pueden ser perfectos y su cuerpo hermoso, pero sólo su señor posee el corazón del siervo que vive por y para el placer de su dueño. De su amante y de su dios. El es sólo un pobre perro triste si le falta la mano que sujete la cadena con firmeza y afecto. Solamente es carne sin el alma que le regala el amo al fecundarlo de amor"
ANDREAS

domingo, 23 de enero de 2011

25 Resabio

El vicio o la mala costumbre que se toma o adquiere, se denomina resabio, según el diccionario de la lengua. Y cuando a un animal no se le doma ni se le ensaña como es debido, se resabia. Es decir coge malos vicios y peores costumbres. Y eso es lo que le pasa a un esclavo si su amo no sabe adiestrarlo bien.

Ni hay dos caballos iguales ni tampoco dos perros ni dos esclavos. Y cada uno necesita un tratamiento adecuado a su carácter para que no adquiera malas mañas. Es más fácil dejarse domar que saber hacerlo. Y por eso no todos los machos sirven para ser amos ni tener esclavos a su servicio y usarlos como objetos para su placer.

Pasaban unos minutos de las once y media de la noche y ya estaba en la puerta de la casa de Alejandro su amigo Pedro con su esclavo. Al parecer, según decía el amo, el joven le había salido algo díscolo y no lograba enderezarlo ni conseguir que le diese la satisfacción necesaria que el señor espera del ser inferior que posee.

Pedro le contó a su amigo algunas reacciones rebeldes del esclavo y la frialdad sexual que mostraba el chico al montarlo su dueño. Y Alejandro miró al muchacho y le notó un gesto altanero, impropio de un vil esclavo en presencia de cualquier amo y mucho más ante su propio dueño. Y comenzó un minucioso interrogatorio para saber todo lo referente a la conducta del chaval y que métodos usaba su amo para educarlo y someterlo a su voluntad.

El chico, llamado Diego, era un joven de veintidós años, moreno y de cuerpo recio y musculado, cuya boca se adornaba con unos labios carnosos que denotaban ansia de algo que no le daban y los movimientos del muchacho estaban cargados de sensualidad. Era raro que un ser que parecía estar impregnado de vicio hasta el tuétano, fuese frío o insensible al follarlo su amo. Era muy joven y Alejandro pudo comprobar que hasta la piel se le ponía de gallina si un macho le sostenía la mirada con firmeza. El esclavo tenía unos ojos oscuros y profundos y era realmente guapo y masculino.

El chico de vez en cuando miraba a Alex y éste bajaba la vista como si el otro esclavo lo hiriese con un rayo brillante que surgía de unos iris negros, sombreados por largas pestañas. Pedro hablaba sin parar de las cualidades de su esclavo y otras cosas sobre sus antecedentes y de que manera llegó a sus manos, pero para Alejandro todo eso era intranscendente puesto que estaba seguro cual era el problema de aquel muchacho con su amo.

De repente Alejandro cortó la perorata de su amigo y le dijo: “Te importa venir conmigo y dejar a tu esclavo con el mío durante un rato?”. “Para qué?”, preguntó el otro amo. Y Alejandro añadió: “Para que se conozcan y hablen de sus cosas ellos solos y nosotros de las nuestras. Volvemos enseguida, pero quiero que veas algo.... Vamos”. Y los dos señores salieron del salón dejando a los dos esclavos a su aire. Evidentemente, Alejandro iba a enseñarle a su amigo el sótano y los artilugios e instrumentos de doma y sometimiento que había allí, pero también quería conocer unos detalles que podía suministrárselos la conversación en privado con su amigo y también la que mantuviesen los dos esclavos al estar solos.

Alex se sintió muy incómodo al quedarse con el otro chaval, que le miraba de un modo tan intenso, pero se sentó en el sofá como si tuviese todo controlado y la presencia de aquel joven no le importunase lo más mínimo. Diego se acercó a Alex y se sentó a su lado en el sofá. Y le preguntó: “Estás a gusto con tu amo?”. “Sí... Mucho”, afirmó Alex. Y el otro insistió: “Qué te hace?”. Alex lo miró dudando si responderle, pero lo hizo: “Lo que le da la gana. Soy suyo y estoy aquí para servirle en todo”. El otro chaval lo miró como si quisiese traspasarlo y volvió a preguntar: “Te maltrata?”. Alex le preguntó: “A que te refieres?. Quieres decir si me pega?”. “Por ejemplo”, dijo el otro. “Sí. Pero sólo si merezco un castigo por no hacer las cosas como a él le gustan”, contestó Alex. “Y te arrea fuerte?..... Te hace llorar?”, quiso saber el otro esclavo. Alex no entendía a donde quería ir a parar el chaval y respondió: “Sí, me atiza en serio y a veces muy fuerte, pero procuro no llorar. Bueno alguna vez me saltan las lágrimas, pero después me cuida y me alivia el dolor en las nalgas con alguna crema”. Pero la curiosidad del otro aún no estaba satisfecha: “Y sólo te zurra el culo?”. “Sí”, dijo Alex. Y añadió: “Pero ya me llega para aprender a no enfadarlo y hacer lo que me ordena. Unas veces me da con la mano, pero también usa un látigo y la correa. Y duele y escuece la hostia!.... A ti no te azota tu amo?”. “No.... Solamente me ata o me encierra. Pero nunca me pega”, respondió el otro esclavo.


Alex se animó a hacer confidencias y dijo: "Pues a mí nunca me encerró ni me ató todavía, pero ya me ha dado bastantes palizas y cuando me deja el culo rojo y ardiendo me folla y veo las estrellas al darme musladas en las nalgas para clavármela a fondo. Joder!. Me duele la hostia pero me pone cachondo perdido y me cuesta mucho no correrme aún sin tocarme la polla. Lo malo es que si lo hago sin su permiso me zurra otra vez. Pero se calienta de nuevo y vuelve a metérmela a saco. Desde que me dio por el culo la primera vez, me lo tiene escocido todo el día de tantos polvos que me mete.... Tu amo te folla mucho?”. El otro esclavo apartó la vista y dijo: “Un par de veces a la semana como mucho. Pero apenas me excita y no siento nada especial al tenerla dentro. E incluso muchas veces me molesta y nunca me empalmo mientras me folla. Lo que más le gusta es tocarme la polla y ordeñarme. Y en cuanto suelto la leche se pajea él solo. Tengo la impresión que mi rabo es el teto de una vaca”.

Alex miró la tristeza del chaval y le preguntó: “Amas a tu dueño?”. Y el chaval respondió: “Me da de comer y vivo bien. Me compra ropa y hasta me regala algún capricho que se me antoje. Es bueno conmigo y me trata bien. Supongo que le quiero. Pero hay cosas que le gustan y que yo no quiero hacerlas”. “Qué cosas”, preguntó Alex. Y Diego le contó: “Me lleva a bares y le gusta ver como otros me la meten o como se la mamo a los tíos que le gustan a él. Y si me molan lo hago, pero si no me van no quiero y me largo. Luego me ata o me deja encerrado unas horas.



Y yo encantado de que no me de la lata ni me sobe. A veces me dan ganas de escaparme, pero no sé donde ir ni que hacer para comer, como no sea poner el culo, claro. Así que me aguanto y me callo. Y a esperar el próximo encierro..... Quieres a tu amo?”. Alex lo miró fijamente a los ojos y afirmó: “Con toda mi alma..... Estoy totalmente enamorado de mi amo desde que lo vi por primera vez. No podría vivir sin él. Y es mi único dueño y el hombre de mi vida”.

Diego también lo miró y dijo: “Nada más verte ya me di cuenta de eso. Además de guapo es morboso y está muy bueno tu amo. No me importaría que mi amo me obligase a hacerlo con él..... A ti te molestaría que me follase tu señor?”. Alex fue rotundo: “Yo sólo soy un esclavo y mi amo se la mete a quien le da la gana. Pero mi cuerpo es exclusivamente para él mientras no diga o quiera lo contrario..... Bajo el suelo del garaje hay un sótano, donde yo no puedo entrar, y ahí usa a otros tíos cuando le apetece”. “Y que les hace?”, inquirió el otro. “No lo sé... Pero la única vez que entré, sin saber que había ahí, vi un tío dentro de una jaula como si fuese un perro, esposado y sujeto por una cadena, y también instrumentos como para torturar a alguien. Mi amo me prohibió bajar otra vez y me dijo que eso no era para mí. Dice que yo soy diferente a los perros que mete en ese lugar. Yo soy su esclavo y me ama tanto como yo a él”. “Me encantaría ver ese sitio!.... Estoy seguro que sabe como tratar a los que lleva a ese sótano!”, exclamó el otro chaval.



En eso entraron los amos en la sala y ambos esclavos se levantaron y callaron automáticamente. Alex miró al suelo como si se sintiese culpable por hablar con el otro esclavo sin estar su amo delante, pero el otro no apartó los ojos de Alejandro observando todos sus gestos y movimientos. Y Alejandro dijo: “Os habéis hecho amigos?..... Supongo que en tan poco tiempo no habréis podido intimar demasiado. Pero no importa porque ya tendréis tiempo para ello. Diego se va a quedar unos días en esta casa. Así lo hemos decidido su amo y yo. Y mientras estés aquí yo seré tu dueño y me obedecerás en todo. No es así, Pedro?”. “Así es”, ratificó el otro señor. Y añadió: “Diego, te dejo en buenas manos y él sabrá meterte en cintura. Te dejo para que te adiestre y te corrija los malos hábitos que has adquirido.... Alejandro, deberías montar una centro de adiestramiento para esclavos, porque eso se te da muy bien. No hay más que ver lo bien enseñado que está esta monada que tienes en casa. Así que aquí te quedas, Diego. Y como no vas a necesitar ropa no es necesario que te traiga nada. Alejandro, cuando creas que ya está educado me avisas y vengo a buscarlo”. “De acuerdo, Pedro. En un par de semanas te dejo a este cabrito dócil como un cordero”.

Los amos se despidieron y Alex se quedó con la boca abierta un palmo por lo menos. Eso era lo último que esperaba y podía desear. Y más después de oír lo que el otro esclavo dijo sobre los encantos de Alejandro. Coño!. Era su amo y cómo iba a compartirlo con otro esclavo dentro de la casa! Era la peor pesadilla que pudo soñar el crío.

4 comentarios:

  1. uhhhhhhh esto se pone aspero jeje besos

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  2. Pues a mi, me gustaría encontrarme en la "situación" de la primera foto.
    Un hombre joven, cachas, muy velludo, de manos enormes. Me ha puesto sobre sus rodillas, con una mano, me sujeta por las muñecas, para que no me mueva, con la otra me castiga las nalgas.
    No piensa parar hasta qje me ponga el culo como un tomate.
    Si pudiera escoger, sería por este orden: Policía local, bombero, guardia civil, futbolista.
    CULETE DE CARLET
    Eecaderorico@terra.es

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  3. EL QUE ESTA COLGADO, A MI ME GUSTARIA ESTAR IGUAL, Y QUE MI AMIGO ME LA METIERA, PERO SIN CONDON, PARA SENTIR CORRER SU SEMEN, DELICIOSO.

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  4. No se llamaba Pablo el amigo?

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