"Quién dará vida al bello esclavo sino su amo?. Sus rasgos pueden ser perfectos y su cuerpo hermoso, pero sólo su señor posee el corazón del siervo que vive por y para el placer de su dueño. De su amante y de su dios. El es sólo un pobre perro triste si le falta la mano que sujete la cadena con firmeza y afecto. Solamente es carne sin el alma que le regala el amo al fecundarlo de amor"
ANDREAS

domingo, 23 de enero de 2011

39 La playa

Alex esperaba a Guille con una toalla y su bañador en la mano para ir a bañarse y tomar el sol. El otro chico apareció con unas bermudas puestas y solamente una toalla al cuello y un tubo de protector solar que le diera su madre. Alex también iba en bermudas y Guille le dijo que en esa playa podía estar en pelotas, por lo que no hacía falta que llevase un bañador a no ser que tuviese vergüenza de que el viese el pito. Alex se rió y dejó el estorbo a la entrada de la casa para ir más ligero y con las manos vacías.

Los dos jóvenes salieron de la finca por un portón pequeño, situado en la parte más cercana a la costa, y caminaron sin prisa en dirección a la playa más próxima y solitaria. Apretaba el sol ya de mañana y notaban calor a pesar de las finas camisetas que les cubrían el torso. Guille se quitó la suya y dejó al aire su precioso pecho sin vello, pero definido y demasiado formado para ser el de un imberbe. Sencillamente era un chico sin pelo en pecho, igual que Alex, que pronto imitó a su compañero y también descubrió el suyo para estar más fresco.

No es que Guille fuese un curioso desmedido, pero eso de que Alex le llamase amo a Alejandro lo había dejado cuando menos perplejo. Y le preguntó: “Realmente es tu amo o tu amante?”. Alex no dudó un instante y contestó: “Ante todo es mi amo y también es mi amante. Yo soy suyo por entero y le pertenezco. Alejandro es mi dueño al que sirvo en todo lo que desee”. Guille lo miró de reojo y le dijo: “No lo entiendo. Esas cosas ya no existen!. Seréis novios como mi hermano y Ramón, pero eso de ser esclavo no es posible. Nadie aceptaría una situación así”. “Yo sí”, replicó Alex. Y añadió: “Realmente no es que lo acepte como amo. El es quien me hizo el favor de admitirme como su esclavo. Y me costó mucho tiempo y lágrimas merecer ese privilegio. Puede hacer de mí lo que le salga de los cojones y yo sólo deseo satisfacerlo en todo. Y, por supuesto, como su puta también. Mi cuerpo es para que se sacie como mejor el parezca y me da por culo cuanto le apetece y donde le da la gana. Y cuando le mola follarse a otro, pues lo hace y yo espero a que quiera usarme después si no quedó complacido con el otro.


Y si no hago las cosas como a él le gustan, me azota en el culo hasta ponérmelo encarnado como un tomate y ardiendo de dolor. Pero lo deseo y amo con toda mi alma y él a mí. No podría vivir sin mi señor. Ni ya concebiría otra forma de vida...... Aunque parezca contradictorio, para mí la verdadera libertad es ser esclavo de mi amo, porque yo necesito servirlo y él me tiene como un objeto de su propiedad para que le dé placer y le obedezca ciegamente”.

Guille, se detuvo y exclamó: “Lo siento, pero no me entra en la cabeza. Si alguien pretendiese azotarme o obligarme a servirlo en lo que se le antoje, lo mato. Yo no nací para esclavo!”. Alex sonrió y dijo: “A mí no me obliga a servirlo. Me hace el honor de permitir que lo haga. Y con su placer soy feliz. Pero, además, me regala su amor y me hace gozar como pocos puedan hacerlo en este mundo. No cambiaría mi situación por la de nadie. Y si me pega es porque lo merezco. Es un hombre bueno y nunca toma una decisión que sea injusta. El ha cambiado mi vida para mejor. Te lo aseguro”.

Y como Guille no parecía muy convencido con lo que le decía, Alex le contó lo ocurrido en el área de servicio durante el viaje desde Madrid. Alucinó por la pata abajo! Y le dijo que estaban locos. “Qué vergüenza!”, exclamó llevándose las manos a la cabeza. Y añadió: “Eso no lo hago yo ni por apuesta, tío!...... Es como un programa de la tele de objetivo indiscreto. Y seguro que los pavos del bar creyeron eso. Bueno, menos la puta que le puso el culo a tu amo para que lo follase en el váter!. Qué pasada, tío!. Y qué huevos hay que tener para hacer eso!. La leche!.... Joder!. Menudos cojones tenéis los dos!”. Y después de todas esas expresiones de asombro, los dos chavales llegaron a la arena riéndose a carcajadas con bromas y haciendo chistes con la anécdota del bar de carretera y su camarero.

Al quedarse desnudos, Guille no tuvo reparo en decirle al otro que tenía un cuerpo muy trabajado y que era un tío guapo. Alex también le dedicó algún piropo, puesto que Guille no estaba nada mal de nada. Tanto por el culo como por la polla, el chico no tenía desperdicio. Y de cara era muy atractivo, además de tener un cuerpo muy aceptable para una ristra de polvos bien echados. Alex se preguntaba como sería su hermano. Porque si se parecían, no le faltarían novios para sustituir al que no le gustaba a Guille.

Guille nadaba tan bien como Alex y se zambulleron para competir en una carrera improvisada, poniendo por meta unas rocas no demasiado alejadas de la costa. Salieron del agua cansados y se despanzurraron al sol sobre sus toallas, perlados de gotas saladas que reflejaban la luz sobre la piel dorada de los dos chavales. Dos físicos espléndidos expuestos al aire y alguna furtiva mirada a su alrededor que no les sacaba ojo disimuladamente. Luego también corrieron veloces por la orilla, como míticos atletas de la antigua Grecia

Hartos del calor del sol, se sentaron a la sombra bajo unos pinos que crecían entre las dunas y Guille volvió a interesarse por la vida de Alex y su dueño. “Dime una cosa (preguntó). Te gusta cuando te la mete?”. Alex, con la cabeza recostada en un brazo, le respondió: “Sí. Claro que me gusta. Y mucho, además. Tanto que hasta que mi amo no me quiso follar me metía los dedos para cascármela, hasta que me lo prohibió. Además nunca se la metí a nadie porque no me excita ni pensarlo siquiera. Me da gusto notar las caricias de los dedos de mi amo en la próstata y por el recto. Y más la verga!. Pero si no te van los tíos puede que te resulte raro el sexo entre dos hombres y, sobre todo, que se sienta más gusto por el culo que por la polla ”.

El otro chico miro al cielo y dijo: “Raro no. Porque sé lo que hace mi hermano con su pareja. Incluso los he visto follar alguna vez. Ellos no lo saben, pero tenía curiosidad por saber y ver como se lo montaban y los espié. Al que le dan por culo es a mi hermano y además se la chupa al novio”. “Cada uno disfruta como más le gusta o le da más morbo. Y hay parejas que hacen las dos cosas y se follan uno al otro. Pero en otros casos no es así. Yo hago lo que quiere mi amo y a veces me come el culo y la verga también. Y yo se lo hago casi a diario antes de que me folle”, añadió Alex.

Guille seguía barruntando y dijo: “Hombre, yo no entendería follarme a otro tío porque prefiero hacerlo con un coño, pero quizás no sea desagradable notar como te entra una polla por el culo y se mueve dentro. A mi hermano le encanta y gime como una perra......Me da vergüenza decirlo, pero una vez probé con un plátano”.


Hubo un silencio prolongado entre los dos muchachos y fue Alex quien lo rompió: “Pelado?”. “Sí”, dijo el otro. “Te gustó”, inquirió Alex. Y Guille confesó: “No me desagradó, pero se deshizo enseguida y me salió por le agujero hecho una papilla..... No me dio tiempo a saber si me gustaba sentir eso dentro y no pude moverlo para darme por culo porque se rompió y sólo saqué una punta. Una vez estuve a punto de decirle a mi novia que me metiese un dedo, pero no me atreví. Quería saber que se siente al tocarte por dentro, porque yo solamente me acaricié la raja y me toqué el ojete un par de veces, pero por fuera nada más”. Alex sonreía mirando al cielo y le preguntó: “Supongo que te gusta más metérsela a una tía o que te hagan una mamada?”. “Sí, claro. Es diferente. Aunque posiblemente otro tío sepa chuparla bien porque sabe de que manera da más gusto”, contestó Guille. “Supongo que sí, pero no sé como lo hace una mujer ya que no lo hice con ninguna”, alegó Alex. “Joder!. Nunca te gustaron las tías?”, exclamo el otro. “No”, afirmó, Alex. “Sólo los hombres. Y ni siquiera me van los niñatos como tú o como yo”, puntualizó a continuación.

El otro chaval se rió y dijo: “Ah bueno!. Entonces puedo estar tranquilo porque tú no vas a intentar nada conmigo”. “Descuida que ni se me ocurrirá hacerlo”, dijo Alex riendo también. Y guille añadió: “Además tu amo te mataría a golpes si haces algo con otro. O no?”. Y Alex le aclaró: “Si él no me lo ordena, sí. Pero no me mataría sino que me daría una paliza con un cinto o la fusta. Y lo peor sería que me castigase sin catar su rabo y su leche por un tiempo. Que aunque fuese corto no lo soportaría”. “Se corre en tu boca?”, preguntó Guille con un tinte de incredulidad y de asco. “Sí. Y me lo trago todo porque me parece el mejor manjar del mundo”, constató Alex.


Guille se calló unos segundos y añadió: “Bueno, Tuve un ligue el verano pasado y la muy guarra me la mamaba hasta que me corría en su boca y se lo tragaba también.... Bueno, no quise decir que tú seas un guarro. Ya me entiendes. Es una forma de hablar”. Alex lo miró y aseveró: “Te entiendo, pero yo soy la guarra de mi amo. Y si él lo quiere, hasta sería un orinal para que se mee en la boca o dentro del culo. No soy más que lo que mi señor decida y no sirvo para otra cosa que para ser el felpudo donde se limpie la mierda pegada en sus zapatos si no me usa para nada más”. “Joder, tío!. Eso de ser esclavo me parece muy chungo y muy duro!”, exclamó Guille. Y afirmó con convicción: “Yo no podría soportar todo eso, tío. Tienes que quererle mucho o es imposible aguantar tanto”. “Quizás sea cierto y lo aguanto y le ruego todavía más, porque le amo a rabiar y es mi dios”. “Será eso”, dijo el otro chaval. Y pronunció en alto sus pensamientos y deseos: “Ya quisiera encontrar a alguien que me quisiera tanto!. Joder, qué pasada, tío!. Supongo que entre una tía y un tío pasarán cosas parecidas, pero yo nunca conocí a nadie así. Sobre todo hacer una demostración ante gente desconocida como lo del área de servicio. Qué fuerte, tío!”.

Y cuando estaban en esas disquisiciones llegó Alejandro. Saludó a Guille y beso a su esclavo en la boca. Y les preguntó: “Qué tal lo habéis pasado?. Se portó bien mi chico?”. “Sí. Nos hemos divertido y también charlamos de muchas cosas. Alex es un tío estupendo y me gustaría tenerlo como amigo”, respondió Guille. “Claro que es estupendo”, afirmó Alejandro. Pero Alex no sonreía y le dijo a su amo: “Amo, le he hablado de nuestra relación y le conté lo que me haces y lo mucho que me gusta servirte en lo que sea. Incluso lo de la estación de servicio. Y también que me zurras si no hago las cosas a tu gusto. No sé si debí hacerlo, pero no quise faltarte al respeto, amo. El no entiende que sea tu esclavo y que significa serlo y quiso saber algo al respecto y pensé que no te importaría que le explicase en que consiste mi condición de esclavo y tú posición de amo. Te pido perdón si te ofendí, amo y me someto a tu benevolencia si vas a castigarme por ello”. Alejandro acarició la barbilla de su esclavo y le dijo: “Por esta vez sólo voy a imponerte como castigo veinte correazos a calzón quitado, que te los daré en su momento en presencia de Guille para que vea como se ha de tratar a un esclavo. Pero no vuelvas a tomar ninguna iniciativa sin mi permiso. Ni para hablar de este tema ni sobre nada. Tú sólo has de pensar y decir lo que yo te autorice...... Guille, disculpa si mi esclavo te ha molestado con su charla”. Pero Guille saltó enseguida: “Oh no!. En absoluto. Además fui yo quien sacó el tema y quise saber como era eso. Yo también le conté secretos que nunca revelé a nadie. Pero Alex me inspira confianza. Mas, después de contarme todas esas cosas, ya no me da vergüenza decirle lo que sea por muy extraño que parezca..... Pero te ruego que no le pegues por mi culpa. Me hace sentir mal!. Vuestra vida es muy fuerte, tío!”.

Alejandro miró a su esclavo y añadió: “Fuerte es mi chico. Y le quiero más que a mi vida, pero se ha merecido los azotes no por tu culpa sino por darle a la lengua demasiado y sin mi autorización..... Pero dejemos eso ahora y vamos a comer que tendréis hambre y yo también. Y después subiremos a un monte, al que iba de excursión cuando era niño, y allí, atado a un carvallo, ejecutaré el castigo. Y verás que mi muchacho es tan duro y resistente como el roble a la hora de asumir la responsabilidad de sus actos. Verdad mi amor?”. “Sí, amo”, dijo el esclavo casi con ansia de ser azotado para mostrar ante Guille su obediencia y acatamiento a su señor.

Los chicos se pusieron sus bermudas y se fueron los tres a buscar un buen sitio para llenar el estómago, sin pasarse como el día anterior.

5 comentarios:

  1. ¡Así se enseña maestro! Desarrollando las ideas dentro un contexto entretenidísimo.
    Felicitaciones!

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  2. Os lo agradezco y me alegro que resulte entretenida, además del posible morbo que entrañe la historia.

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  3. Pues a mi me gustaría estar como Alex, en una de las fotos, con las manos atadas a la espalda, la mano deltío joven y cachas, no me deja gritar.
    Su mano derecha, me da "palmadas", en las nalgas, hasta dejarlas como un tomate.
    Prefiriría policía local joven, cachas, muy velludo de Carlet, bombero, o policíanacional de alzira.
    CULETE
    Recaderorico@terra.es

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  4. CULETE DE CARLET
    Me retiro.
    Mis abogaDOS, CON REPRESENTACIÓN EN TODA eUROPA. LA POLICÍA, LA GUARDIA cIVIL
    Y representantes sindicales, me han dicho: Desaparece. Nosotros nos encargamos del resto

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