"Quién dará vida al bello esclavo sino su amo?. Sus rasgos pueden ser perfectos y su cuerpo hermoso, pero sólo su señor posee el corazón del siervo que vive por y para el placer de su dueño. De su amante y de su dios. El es sólo un pobre perro triste si le falta la mano que sujete la cadena con firmeza y afecto. Solamente es carne sin el alma que le regala el amo al fecundarlo de amor"
ANDREAS

domingo, 23 de enero de 2011

31 Planteamiento

Tanto los chicos como Alejandro lanzaron un suspiro de alivio al verse de nuevo en casa, libres del insufrible Borja. Como ya temía Alejandro el novio de Pablo no dejó pasar ocasión para decir impertinencias y dejar claro que estaba furioso por el hecho de que los pantalones les hacían mejor culo a los otros dos chavales que acompañaban al amigo de su novio. Alex y Diego no iban con ropa demasiado cara, pero les quedaba de muerte y no estarían mejor con cualquier otra por mucha etiqueta prestigiosa que llevase. Ya se sabe que al que nace guapo cualquier trapito le sienta bien y desnudo es como mejor luce el palmito. Y los dos chicos terminaron la cena en pelotas, porque Alejandro les mandó desnudarse para que Pablo viese bien a las dos criaturas y se le cayesen los ojos comprobando las virtudes físicas de Diego.
El médico quedó entusiasmado con la idea de hacerle un examen a fondo al chico y acordó con su amigo que se lo llevaría la próxima semana para que le diese un buen repaso por todo el cuerpo y sus entresijos. Había que ver los ojos y la cara de codicia libidinosa que se le puso al médico haciéndosele la boca agua ante la perspectiva de tener en sus manos al muchacho de labios carnosos y fuego en las entrañas.

Pero más expresiva era la cara de enojo que puso Borja y la rabieta que agarró al quedarse los otros críos en bolas sin la menor vergüenza ni sonrojo por mostrar sus encantos en vivo. Y menudos encantos y cómo asombraron a Pablo los del otro joven que acompañó a su amigo Alejandro. Tanto la polla como las pelotas le parecieron una preciosidad y el culo no hace falta decir que no quiso pronunciar ningún elogio para no quedarse corto. Y para no cabrear más al estúpido de su novio, que todo hay que decirlo.
El resultado fue tal y como se lo había imaginado Alejandro. El pijo no quiso entra en el juego y en cuanto su novio le insinuó que se quitase la ropa como los otros, salió de la sala, muy ofendido y dando un portazo, y se metió en su cuarto a patalear y llorar a moco tendido. Bueno ese es lo que dijo su novio, pero lo probable es que el puto necio empezase a probarse otros pantalones y más camisetas, para verse en el espejo tan sensual y atractivo como los dos jodidos cabrones que estaban con el puto amigo de Pablo.
Y en la sala Alejandro le hacía el artículo a su amigo incitándole a asegurarse de que todo lo que veía era cierto y no había fraude ni engaño. Le dijo a Diego que se acercase y sosteniéndole los huevos en una mano le dijo a Pablo: “Te puedo asegurar que este par de cojones elaboran más leche que la ubre de una vaca suiza.

Y fíjate en el glande.... Sólo con retirar el prepucio y acariciarlo con las uñas, clavándoselas ligeramente, se pone el resto de la polla que parece un tronco de roble..... Toca y verás que duro está....... Apriétale las bolas sin miedo y verás como te lo agradece con los ojos el puto cabrón...... Eso es..... Más.... Estrújaselos y retuércelos con fuerza que a este no se le rompen tan fácilmente. Seguro que ya el ojete le bate palmas de alegría pensando en que lo van a taladrar sin previo aviso. Y yo voy a aprovechar para meterle mano a mi chico, que mira la carita de culo que se le ha puesto porque no le toco el suyo.... Ven, vicioso, que tu amo te va a calentar el trasero antes de trincharte sobre la mesa como a un pavo. Y primero me la mamas agachado delante de mis piernas”.

La cosa prometía placeres para los señores y gusto para los esclavos. Y más al ponerlos sobre las rodillas, Diego sobre las de Pablo y Alex en las de su dueño, y darles unos azotes cariñosos, pero suficientes para dejarles el trasero encarnado, y tumbarlos sobre el mantel para darles por el culo a cada crío su azotador.

Alejandro ya se la había clavado a Alex y comenzaba a bombear dentro del chico, cuando, alertado por los azotes, apareció Borja en el justo instante en que la polla de Pablo iba a entrar por el ano de Diego. El niñato lanzó un chillido que las sirenas de Londres durante un bombardeo de la segunda guerra no se hubiesen oído a su lado. E inmediatamente se arrancó hacia su novio aleteando con las manos como una batidora descontrolada. Tanto quería decir, que el furor no le dejaba articular bien las palabras y resultaba incomprensible lo que balbuceaba el muchacho. Supuestamente los insultaba y se acordaba de sus familias en primer grado, pero, por una vez y aunque a Alejandro le pareciese sorprendente la reacción de su amigo, Pablo le endiñó un bofetada a Borja y sin darle tiempo de cerrar la boca ni soltar una lágrima más, le rajó los pantalones y los slips con un cuchillo. Y doblado sobre la mesa en la que habían cenado, le propinó una paliza en las nalgas que sonaba a música divina, acompasada por los berridos de la criatura que parecían los graznidos de un ganso.



Alejandro contemplaba el castigo del cretino con agrado y eso le dio brío para continuar dándole polla a su chico, alcanzando el orgasmo juntamente con su amigo y su esclavo. El tonto de Borja no se corrió, ni probablemente se empalmó de tanto bochorno que le entró al follarlo en público su novio. Pero el resto, incluso Diego viendo el espectáculo, se lo pasaron en grande.

Daba gusto ver el culito terso y redondo de Borja, colorado como una amapola de campo, aunque el chico seguramente hubiese preferido tenerlo como una rosa de jardín de casa rica. Y lo mejor fue cuando su novio lo clavó contra la mesa y no precisamente como a una aceituna para darle gracia al martini seco. Se lo folló, entre lloros y alaridos, después de zurrarle las posaderas y destrozarle el modelo que acababa de comprar en Fuencarral. Y esto último fue lo peor para el chaval. Era difícil que Borja perdonase tamaña humillación delante de aquellos tres indeseables y al verse libre de las manos de Pablo huyó a encerrase en su habitación llorando como una Magdalena pecadora.

Pero ahora ya estaban a salvo de las neuras de ese puto crío mimado y repelente. Y daban gracias por ello aunque el culo de Diego seguía sin ser follado. Fue una pena la interrupción del coito entre Pablo y el chico. Bueno, no se trató exactamente de un coitus interruptus propiamente dicho, ya que no llegó ni a metérsela por culpa del idiota mimoso, pero en cualquier caso fue una lástima desaprovechar la ocasión para que Pablo probase la fruta guardada dentro del culo de Diego. Alejandro tenía que asegurarse que el día que llevase al chico a la consulta de Pablo, nada ni nadie estropease sus planes y su amigo mordiese aquella jugosa manzana.

Alejandro observó la expresión resignada e Diego y le preguntó: “Te dejaron con las ganas, verdad?”. “Sí señor”, contestó el chico. Y Alejandro lo interrogó: “Qué te pareció mi amigo?. Te trabajó bien los huevos y el culo?”. Diego respondió sin titubeos: “Sí, señor.... Sabe hacerlo y tiene mano para apretar donde duele. Y pega fuerte el tío..... Si me llega a dar un poco más, me corro..... Pero tiene novio y menudo follón montó el nene!”. Alejandro sonrió y añadió: “Imagínate lo que puede hacerte en su consulta!..... Pero fue una putada que no te la metiera antes de entrar el tonto de su novio.... Tenías ganas de rabo, no?”. “Sí, señor. Mucho, porque me había puesto muy caliente y estaba salido a tope. Pero no hubo suerte...Quizás la próxima vez...... Aunque después de estar en esta casa me costará acostumbrarme a otra cosa.... No todos tenemos la fortuna de Alex para encontrar un amo que lo haga tan feliz, señor”. Alex miró a su amo y luego al chico y se acercó a él para ponerle un brazo sobre el hombro. Y, aunque quisiese disimularlo, a Diego se le notaba triste y desilusionado, pero en su situación no podía esperar nada, puesto que ya sospechaba que era un perro callejero cuyo amo lo había echado a la calle.


Alejandro le dijo: “Ven.... quiero ver como te dejó las nalgas mi amigo”. El chaval se aproximó y puso el culo al aire para mostrárselo a su adiestrador. Alex entendió enseguida que pretendía su amo y sujetó a Diego dándole las manos. El muchacho se inclinó para apoyar la cabeza en el hombro de Alex y Alejandro le puso un poco de saliva en el ano y se la hincó por el culo con fuerza. Mientras follaba a Diego, el amo besaba a su esclavo en la boca y le demostraba su complacencia por la generosidad de Alex con el otro muchacho. Era como si el esclavo regalase a su amigo un polvo de su señor, puesto que probablemente esa noche se quedase sin su ración de leche antes de dormir para que Diego soñase satisfecho y con la barriga llena.

Diego se corrió en el suelo antes de que Alejandro lo preñase, pero continuó abrazado a Alex y abriendo el culo hasta que notó el semen dentro de sus tripas. Cada vez le gustaba más la sensación de la preñez y ya en la cama se haría una paja rememorando el momento.

Y el amo, tras tomarse una copa y fumar un puro, se fue a la cama donde ya lo esperaba su esclavo. Alejandro estaba algo cansado. Y Alex contento por la felicidad de su compañero, pero con ganas de dormirse con el calor de su dueño dentro de él. Pero se temía que esa noche no tendría más verga y debería conformarse con notar la calidez de su amo pegado a su espalda.

Alejandro lo abrazó por detrás y le besó el cuello antes de llegar a los labios del chico. Y le dijo: “Debes estar cansado, mi niño. Ponte boca abajo que voy a relajarte la espalda”. Al llegar al principio del culo, el amo lo montó y lo penetró. Alex también soñaría plácidamente y con la barriga colmada con la leche de su dios.

1 comentario: