Una tarde la situación se puso al rojo. Como otras veces, Alejandro se sentó en el sofá al terminar de comer y Alex se recostó ocupando el resto de asiento y apoyando la cabeza sobre las piernas del otro. Y también, casi por costumbre, Alejandro jugaba con el pelo del chico mientras veían la tele. De pronto se percató que bajo la bermuda de Alex se notaba un impúdico bulto a lo largado de su vientre, que por breves instantes levantaba la tela y marcaba la gruesa excitación del pene.
Alejandro detuvo sus caricias y los dedos se aferraron al pelo del chaval al darse cuenta que su polla también crecía y engordaba sin poder evitarlo. Alex parecía no darse cuenta, pero colocó una mano bajo la mejilla y en realidad la ponía sobre el miembro erecto del otro. Hubiera sido absurdo preguntarle a Alejandro que veía en la pantalla del televisor, porque en su mente se había parado el tiempo y no sabía como reaccionar ante esa incómoda situación. El muchacho movía la mano sobre la polla de Alejandro como la cosa más natural y le apretaba con los dedos el capullo, por encima del pantalón, dejando que su propia verga latiese y empezase a manchar el floreado tejido que la cubría.
El chaval estaba apunto de tener un orgasmo sin necesidad de tocarse el miembro y Alejandro se notaba húmedo también y no era capaz de cortar aquel sobo que le estaba metiendo el chico. Las fosas nasales de Alex se dilataban aspirando el olor preseminal que impregnaba la tela del pantalón de Alejandro y su esperma ya salía en cantidad suficiente para mojar el suyo.
Lo inevitable parecía evidente y Alejandro estaba petrificado agarrando tan fuerte el cabello del chaval que era imposible que no le hiciese daño. Pero Alex no rechistaba y sus ojos se cerraron mientras la punta de la lengua recorría sus labios buscando algo que aún estando tan cerca no llegaba a tenerlo. Y como si estuviese programado para salvar la indecisión de Alejandro, sonaron unos nudillos en el cristal de las puertas que daban al jardín y el clímax se rompió. Era el jardinero que venía a preguntar como quería el dueño de la casa que recortase los setos de la piscina. Y si Alejandro le contestaba que los iguale nada más, Alex, entre dientes, respondía: “Córtalos de raíz, imbécil!”. Alejandro aprovechó la circunstancia para ir al baño y Alex se quedó sentado escondiendo su empalmado carajo y su bermuda pringado de babas y algo de semen.
Por esta vez se había parado la cosa sin mayores consecuencias, pero el chico no pudo ocultar su mal humor el resto de la jornada. De entrada se fue al dormitorio y se cascó un pajote de antología para terminar de vaciar sus pelotas y luego ocultó la cara en la almohada y lloró cuanto quiso. Alejandro hizo lo mismo en el baño para aliviar su calentura, pero después se inventó algo que debía hacer sin tardanza y se piró de casa. Seguramente para poner distancia entre ellos, pero terminó yendo a un bar en el que ya por la tarde era posible ponerle el culo a un puto sumiso como un bebedero de patos, con una buena mamada previa y calentándole el trasero a zurriagazos con el cinto para dejárselo más apetecible para la follada.
Tranquilizado y con los cojones secos, volvió a casa y buscó al chico, que aún permanecía en su cuarto con los ojos enrojecidos y la nariz moqueando, totalmente desolado y sin ganas de cenar ni hablar con nadie. Y menos con Alejandro.
Pero éste entró en la habitación del muchacho y se sentó a su lado en la cama y volvió a pasarle la mano por el cabello diciéndole: “Alex. Mírame..... Anda, no seas niño..... Te das cuenta que estuvimos a punto de hacer algo que hubiésemos lamentado después?”.
El chaval sin volver la cara hacia él le contestó: “Puede que tú lo lamentases, pero yo no... Sé muy bien lo que quiero y con quien deseo estar y follar..... Qué puta manía tenéis los mayores de creer que por no tener la mayoría de edad legal somos memos o idiotas y no podemos saber que sentimos ni cual es la vida que queremos..... Desde que mi polla se pone tiesa siempre pensé en una verga y no en un coño!..... No me van la tías!. Lo que me gusta es un hombre como tú y por eso no me acuesto con ninguno de mis colegas del colegio. O es que crees que no hay ningún marica entre ellos?.... Pues hay varios que están deseando mi culo y mi polla..... Aunque si piensan que me los folle yo, van dados. No me gusta metérsela a otro porque lo que me pone cachondo es que me den por el culo!..... A ver si te enteras de una puta vez!. Soy maricón y me gusta serlo!..... Lo mismo que lo fue mi padre y lo eres tú. O me vas a decir que ahora te molan la tías?..... Será por eso por lo que te empalmaste esta tarde sólo con verme a mi con la minga tiesa y mojando la bermuda.... O también dirás que no es cierto y me lo he imaginado?”.
“Alex, no tiene nada que ver con todo eso. Pero no quieres entenderlo ni hacerte cargo de mi situación contigo”, respondió Alejandro. Pero el chaval no había terminado: “El que no quiere entenderlo eres tú ni tampoco te haces cargo de mi situación en esta casa”.
Y Alejandro se mosqueó: “Acaso quieres irte?.... No estás a gusto conmigo?...... Qué más quieres de mí, Alex?”. Y al chico se lo puso en bandeja: “Te quiero a ti. Y por supuesto que no voy a marcharme de tu casa por no estar a gusto contigo, porque soy feliz viéndote y oyendo tu voz..... Pero me falta lo principal que busco a tu lado y eso me vuelve loco..... No es un capricho de adolescente lo que siento por ti..... Sólo deseo vivir para complacerte en todo. Y si estudio y tengo buenas calificaciones en el colegio es porque tú me lo exiges y deseas que lo haga. Y no te pido nada ni espero otra cosa que tu amor.... Únicamente te obedezco a ti porque eres el dueño de mi ser. Y así lo siento y lo deseo con toda el alma. Y mientras no me folles, sólo me mataré a pajas para no quedarme sin huevos de un reventón.... Así están las cosas por mi parte, pero por la tuya no sé cual es el verdadero motivo para rechazarme. Y no me digas que es por mi padre, porque eso ya no cuela. Será por otra cosa, pero no puedo adivinarla”.
“Y te parece poco motivo que seas tan joven aún?”, alegó Alejandro. “Sí. Me parece una bobada. Crees que por unos meses más o menos voy a ser más maduro y poder discernir mejor lo que quiero y cual es la causa por la que se empalma mi polla?.... No puedo creer que digas eso en serio....... Esas estupideces no son propias de un tío como tú. Déjalas para el director del colegio. Y ni siquiera creo que ese tipo se lo crea de verdad”.
Y Alejandro dijo: “Esta bien, Alex. Parece imposible que no puedas entenderlo, pero yo sé como calmarte esos ardores y esas rabietas y caprichos de niño mimado”. Y sin más contemplaciones puso a Alex sobre sus rodilla con el culo para arriba y comenzó a darle una soberana paliza. Primero con la mano y sobre la bermuda que le cubría la mitad del culo y al poco se la bajó para ver como le estaba dejando las nalgas de encarnadas, pero el color y calor de la carne lo cegó y le arreó más fuerte todavía, descargando en el chaval toda la represión interna por no follarlo y comerlo a trocitos.
Alex chillaba como un condenado y se retorcía para resistirse a la zurra, pero Alejandro era más fuerte y lo sujetó con un brazo, inmovilizándole las piernas con las suyas, y prosiguió la azotaina aumentando el ritmo y rigor del castigo, hasta que el llanto del chico y las babas pringaban el suelo y su propia mano ardía como el fuego de tanto azotarle las nalgas al crío. Entonces se paró de repente y lo soltó dejando que cayese al suelo delante de sus pies.
Para Alex, era la primera vez que lo azotaban y no sabía bien si la sensación que tenía era de dolor insoportable o de calentura. Pero lo cierto es que su verga estaba dura y el pantalón de Alejandro se veía mojado en la zona de los muslos donde se había aplastado el pene del chico durante la zurra.Y lo que no se veía, eran los calzoncillos de Alejandro perdidos de semen por la corrida que se había marcado el tío pegándole al chaval en el culo.
Alejandro salió de la habitación echando leches. Bueno ya no le quedaba nada en los cojones para echar más, pero es un decir al referirse que salió pitando sin querer ver al chiquillo tirado en el suelo, llorando y moqueando como un perdido y con el pito tieso y pringado de semen. El también se había corrido, como consecuencia de algo que recorría su espina dorsal con cada azote que notaba en su carne y el morbo de ser Alejandro quien le calentaba el culo de ese modo. Fue una sensación inexplicable para el chico, pero aunque dolorosa le resultaba placentera y había vivido un orgasmo mudo en gemidos y jadeos, pero abundante en quejidos y gritos más de satisfacción que de sufrimiento. Y aún así lloraba todavía, pero no era por la paliza sino por no haber tenido el remate adecuado después de ponerle el cuerpo a tono. Alejandro se había ido sin metérsela por el culo para calmarle el fuego que le quemaba por dentro con más ardor que los azotes en su trasero.
Genial. Me encanta. Esa sensualidad, querer y no hacer, adelantar y retroceder. Así poco a poco. Muchas gracias por tus relatos.
ResponderEliminarMe tiene muy atrapado esta historia. Felicitaciones
ResponderEliminar¡Bravo, bravísimo!Señor Andreas es usted un maestro del erotismo!
ResponderEliminarMe gusta mucho como llevas esta historia Andreas, y no sabes cuanto trabajo me estas dando en consultar el diccionario, mejor más beneficio más rico mi español con las palabras del argot que sumo.
ResponderEliminaresta muy exitante la historia pero sera real?
ResponderEliminaralex dimas orale me impreciona todo esto que lei pero me paso lo mismo con un amigo gracias por esa historia la adoro
ResponderEliminarSIN PALABRAS .....................................................................................
ResponderEliminarexelente relato muy exitante y realista
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