"Quién dará vida al bello esclavo sino su amo?. Sus rasgos pueden ser perfectos y su cuerpo hermoso, pero sólo su señor posee el corazón del siervo que vive por y para el placer de su dueño. De su amante y de su dios. El es sólo un pobre perro triste si le falta la mano que sujete la cadena con firmeza y afecto. Solamente es carne sin el alma que le regala el amo al fecundarlo de amor"
ANDREAS

domingo, 23 de enero de 2011

53 La borrachera

Alejandro llegó a casa como si hubiese bebido litros de alcohol, pero su mal estar no se debía a eso, por que no bebió tanto, sino que la alteración de sus sentidos estaba motivada por el mal humor y el fastidio que le entró al ver como Isidro se derretía y se babeaba hasta por el culo comiéndose con los ojos y el deseo a Guille. Y él lo estaba consintiendo como si no le importase en absoluto.

Los chicos lo seguían circunspectos y sin decir palabra, sospechando que algo se cocía en la cabeza del macho que los precedía siempre. Los dos muchachos se quedaron de pie en la sala sin que Alejandro les dijese ni una palabra y sólo se miraban sin saber que hacer ni si decir algo por si incomodaban al hombre que sentado en un sillón los ignoraba como si no fuesen más que parte de la decoración.

Guille decidió sentarse en el sofá y pronto le secundó Alex poniéndose a su lado. Alejandro levantó la mirada hacia ellos, como si volviese de otro mundo y les dijo: “Os habéis divertido?”. Los chavales volvieron a mirarse y ninguno osaba romper lanzas para romper la tensión. Y fue Alejandro quien habló otra vez: “Guille, ven aquí...... Arrodíllate al lado del sillón”. El chico obedeció y el jefe puso las manos en sus mejillas, algo coloradas del vino que sin medida le sirviera Isidro, Y le dijo: “Qué guapo eres!...... Con esos ojos puedes conquistar el mundo. Y ahora el problema es que has atraído a un puto depredador con tu mirada brillante como el zafiro..... No hables!....... No te he preguntado nada todavía. Así que no hables aún”. Alejandro perfiló con un dedo los labios del muchacho y prosiguió: “Eres tan bonito como mi niño y es difícil evitar que se queden contigo, igual que con él. No debí llevarte a esa cena y exponerte tanto al peligro de ser cazado....... No hables!.... Todavía no llegó tu turno...... Desabróchate los pantalones......... Bájalos...... Los calzoncillos no..... Sólo los pantalones.....Así. Déjalos ahí en las rodillas y no te los quites del todo....... echate sobre mis piernas como si fuese a zurrarte...... Me gusta que seas tan obediente...... Crees que estoy enfadado contigo y que quiero castigarte?.... No digas nada que no es una pregunta para que la contestes........ Tú no has hecho nada para que te castigue esta noche, pero quiero tocarte el culo así...... Y bajarte yo mismo los calzoncillos y vértelo..... Me gusta tu culo Guille!. En realidad me gustas tú casi tanto como mi niño, aunque solamente él sea mi amor y mi esclavo”.


Alejandro subió los faldones de la camisa del chaval hasta dejar al aire su espalda y la acarició como si nunca hubiese puesto sus dedos sobre la piel de Guille. Quería redescubrir su tacto y la sensación cálida de su cuerpo. El crío estaba empalmado y notaba en su vientre la excitación de la verga del jefe, pero no movía ni un músculo para regodearse más en el placer de ser la causa de la calentura de su macho.

Y, después de sobar un rato a Guille, Alejandro llamó a su lado a Alex y le desabrochó el mismo los pantalones para ver mejor la polla de su esclavo, dura como un tronco. Y le dijo: “Te gusta ver como le meto mano?”. “Sí, amo”, admitió el esclavo. “No será que te has vuelto un mirón!”, soltó el amo. Y el esclavo se defendió: “No, amo..... Pero me pone caliente ver como gozas con Guille. Sé que te gusta y los dos nacimos para servirte. Somos lo que tu quieras, amo”. “Puede ser”, repuso el amo. Y añadió: “Me gustaría tener unas piernas más grandes y poder teneros a los dos así para tocaros el culo de la misma forma....... Acércate más, Alex, que no llego bien a tu agujero...... Así está mejor....... Ahora ya puedo meterte un par de dedos por el culo......... Y a ti otros dos.....Hummmm....... Cómo me gustan estos dos chochitos..... Pero esta noche estáis cansados. Así que iros a la cama los dos...... Arriba, Guille y a dormir que mañana ya veremos como amanece el día..... Tú también, Alex. Vete a la habitación y no me esperes despierto. Duérmete, que yo me quedo a pensar en asuntos serios que no me dejarán dormir esta noche.... Dadme un beso cada uno y a la cama ya”.

Los críos se subieron los calzoncillos y los pantalones y frustrados y calientes besaron a Alejandro y se marcharon a la cama con las pollas apuntando al techo. Cuando ya cruzaban la puerta de la sala oyeron que el amo les advertía: “Y nada de pajas, porque os cuelgo por los huevos”.

Pasaron dos horas en el más absoluto silencio y Alejandro decidió levantarse del sillón y dejar a medias la copa que se había servido el mismo. Procuró no hacer ruido y entró en el cuarto de Guille sin despertarlo. El chico dormía en pelotas sobre la cama, pero las sábanas daban muestras que le había costado conciliar el sueño después de una batalla contra su calentura y el deseo de macho. Alejandro se sentó al borde del lecho y acarició el brazo del chico. Guille abrió los ojos sin sobresalto, como esperando su visita, y le preguntó: “Jefe, vienes a follarme?”. Y el jefe le besó los labios y le contestó: “No, Guille. Esta noche no voy a follarte como otras veces”. Y el chaval suplicó: “Tengo ganas de ti. Y necesito que me la metas fuerte, jefe”.

Alejandro lo besó más fuerte y le dijo: “Calla. No digas nada más..... Necesitas algo más que tener mi polla dentro de tu culo y que te de con fuerza”. Le beso otra vez metiéndole la lengua en la boca y añadió: “Esta noche tú y yo necesitamos hacer el amor juntos.... Y te voy a amar, porque es lo que deseas. Y yo también...... Esta noche pude darme cuenta de lo afortunado que soy teniendo dos criaturas como vosotros para satisfacer mi lujuria y mis caprichos..... Hazme un sitio a tu lado porque te voy a dar por culo en la cama y en todas las posturas posibles. Esta noche quiero dormir contigo”. “Jefe. Y Alex?. No quiero que se sienta solo ni que sufra por mi culpa”, dijo Guille. Y el jefe replicó: “Alex lo comprenderá y no tiene por qué sufrir por dormir solo una noche. Ya es mayorcito para tener miedo al coco...... Bésame y calla antes de que te meta la polla en la boca para que no puedas decir ni pío”.

Y lo besó como nunca y se la mamó mejor que ninguna otra vez, emborrachándose los dos bebiendo los fluidos de sus cuerpos. Y se lo folló con tanta pasión, que el chico supo lo que era hacer el amor. Guille se corrió cuatro veces desde la noche a la madrugada y el jefe no podía levantar la verga ni tocando una flauta para encantar serpientes, después de otras tantas eyaculaciones precedidas de polvos tremendos y brutales. De esos que dejan huella en el alma a los dos amantes y en la polla a uno, porque le queda en carne viva de tanto frotar el recto del otro, que, a su vez, su ano no olvidará la sensible irritación que le ha dejado el cipote del macho que le ha dado tanta caña.

Alex se extrañó al no ver a su amo al despertar, pero intuyó donde estaba. Se levantó y sin hacer ruido preparó el desayuno para los tres y lo puso en la mesa de la cocina sin que faltase ni un detalle. Incluso un jarroncito con unas flores que cortó del jardín. Parecía la mesa de una película romántica que espera a los protagonistas enamorados como burros y destilando almíbar. Y fue Guille el primero que apareció somnoliento pero flotando en una nube de felicidad.

Al ver a Alex lo abrazó y le dijo bajito: “Gracias...... Eres lo que más quiero en el mundo”. “Más que a tu jefe?”, le preguntó Alex. “Casi, pero él me da un morbo que se me aflojan los esfínteres y me salen burbujas por el culo. Me pone muy perra mi jefe y me muero de gusto sólo con verlo!..... Me ha dejado el culo como una zapatilla muy currada. Pero que voy a decirte que tú no sepas!...... Cómo puede follar tan bien este cabrón que nos parte el coño con ese martillo pilón que tiene delante de un par de cojones de la hostia!...... Me la ha metido sin parar, aunque sólo nos desnatamos cuatro veces. Y me tiemblan las piernas. Me arde el ano como una guindilla. Pero que gusto, tío!. Qué folladas!. La madre que me parió!. Anda que si se entera mi hermano le da un pasmo de envidia que se muere..... Por qué no se lo presenta el jefe a ese amigo suyo y así me deja a mí tranquilo!. Yo me parezco mucho a mi hermano. Y hasta puede que él sea más guapo... Aunque creo que mi culo es mejor. No es por nada. Pero en este momento lo tengo hecho una puta braga. Alex, somos un par de perras que nos tienen permanentemente cachondas. Es todo un macho el muy cabrón del jefe!”.

Alex besó al chaval y después de reírse de sus ocurrencias le preguntó si su amo seguía en la cama. Guille le dijo que se había ido a su habitación para despertarlo, pero al no encontrarlo allí vendría a desayunar con ellos. Y efectivamente Alejandro entraba en la cocina en ese momento.

Se acercó a su esclavo y lo agarró por la cintura besándolo en la boca. Y le preguntó: “Me echaste de menos esta noche?”. “Sí. Amo. Sobre todo al despertar”, contestó el chico. Y el amo dijo: “Es la primera vez en mucho tiempo que no te doy los buenos días con un polvo y leche..... Y veo que has preparado el desayuno para los tres y hasta con flores!. Mi niño, te quiero, pero esta noche Guille necesitaba más mi compañía. Lo entiendes, verdad?”. “Sí, amo..... Ahora no dejarás que se lo lleven?”, dijo el esclavo.

Y el amo le preguntó: “No quieres que se vaya, verdad?”. El esclavo se apretó contra el pecho del amo y contestó: “No, amo..... Me gusta estar con él.... Y dice que su hermano se le parece mucho y hasta es más guapo...... Y el novio que tienen no le gusta a Guille, amo”. “Joder!. Los dos juntos sois peligrosos elucubrando!. Queréis endosar a Isidro al hermano de Guille?”, exclamó Alejandro. “Sí”, respondieron los dos críos al mismo tiempo.

Y Guille añadió: “Su novio es un borde y no quiere a Rober..... Y a mi hermano le va eso de que lo mimen y le doren la píldora como a una diva...... Jefe, yo no nací para ser una gata de lujo adornada con collarcito de piedrecitas. Yo soy una perra para que me rompas el coño cuando te salga de las pelotas!. Y si me pones un collar que sea una correa para brearme con ella el culo si no te doy gusto.... Joder!...... Esa mantequilla me venía mejor en el ojete que en la tostada. A ver si se suaviza un poco, que me echa humo todavía, jefe”.

“Sois lo más grande que parió madre!”, Volvió a exclamar Alejandro. Y añadió: “Vas a tener que sentarte en una tina con agua y sal. Y mientras no se te cierre un poco, tendré que darle por culo a Alex solamente. Después del desayuno, por ejemplo. Y sobre esta mesa para no perder tiempo....Guille, tú le pones la mantequilla y yo le meto la salchicha a este bollito de pan y parecerá un perrito caliente”.”Y me vas a dar un poquito para que me lo coma?”, rogó Guille. “Claro!...... Está tan tierno, que la salchicha le va a salir por delante y tú la puedes comer bien pringadita”. “Amo. Que éste me la muerde!”, protestó Alex. “Lo que vamos a hacer él y yo es comerte entero sin dejar nada!. Mi pequeño bocadito relleno de chorizo!”, dijo el amo.

Y Guille le untó la mantequilla, el amo lo rellenó de carne durísima y se lo comieron entre los dos a besos y lametones de todo tipo. Y en el momento del éxtasis, el amo le declaró su amor, besándole sólo él en los morros, porque Guille tenía ya la boca llena con la leche del esclavo, que luego se tragó la de Guille por orden del amo.

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