"Quién dará vida al bello esclavo sino su amo?. Sus rasgos pueden ser perfectos y su cuerpo hermoso, pero sólo su señor posee el corazón del siervo que vive por y para el placer de su dueño. De su amante y de su dios. El es sólo un pobre perro triste si le falta la mano que sujete la cadena con firmeza y afecto. Solamente es carne sin el alma que le regala el amo al fecundarlo de amor"
ANDREAS

domingo, 23 de enero de 2011

51 La duda

Todavía era bastante temprano cuando Pablo llamó a Alejandro para decirle que había organizado una cena en su casa con motivo de la llegada a Madrid de Isidro, otro amigo íntimo de los dos, que hacía tiempo que residía en Londres.


Isidro era un desocupado cargado de dinero heredado y bien invertido, que se dedicaba a hacer lo que le salía de los huevos y recorría el mundo cada dos por tres porque nunca estaba a gusto en ninguna parte. Tampoco tenía familia ni más arraigo que donde le llevase su capricho. Y, el muy jodido, era guapo y con un atractivo arrollador, pero muy poco estable en sus relaciones de pareja. Bueno la verdad es que solía dejar traslucir lo rico que era, el muy cabrón, y lógicamente a la hora de liarse quizás prevaleciese más su fortuna que sus encantadoras virtudes como macho. Porque Isidro era activo, aunque él se definía como marica macha. Fuese lo que fuese el caso es que triunfaba donde iba y siempre tenía tíos guapísimos colgados de su polla y su cartera, seguramente.

Alejandro lo tenía en mucha estima, porque era una buena persona ante todo y un buen amigo, pero siempre le leía la cartilla por no sentar cabeza con alguien que mereciese la pena por algo más que tener un buen culo, pocos años y una cara preciosa. Pero Isidro siempre se quejaba que no tenía su misma suerte y los Alex no abundaban por el mundo para echarles el guante y meterlos en la cama de por vida, como había hecho Alejandro. E incluso, en cuanto tenía ocasión, le decía: “Si te cansas de ese crío, pásamelo, que yo lo trataré como a una reina. Por una cosita así daría la mitad de lo que tengo. Y a ti no puedo ocultarte que es mucho, Alejandro. Podría enamorarme de una criatura como Alex en dos días. Y me sobrarían horas.”. Por qué tienes que tener tanta suerte para que te quiera a ti, so cabrón!”. Y el día anterior hablando por teléfono le repitió la misma canción y añadió: “..... Y encima le consigues uno al plasta de Pablo, que según dice es una joya y sabe cocinar como un chef, y a mí nada. Pues te recuerdo que el mejor amigo que has tenido siempre soy yo. Que lo sepas!”.

Alejandro siempre se reía con esas cosas de Isidro, pero esta vez un rayo le cruzó la mente como en una noche de tormenta de verano: “Y si le gustase Guille a este hijo de su madre!. Si fuese en serio y se enamorase de verdad del chico, Guille iba a vivir como el hijo de un sultán. Este puto ricachón lo mimaría como a un caniche y hasta sería capaz de ponerle al cuello un collar de brillantes como garbanzos de grandes!. Pero tendría que enamorar al chaval, porque Guille no es de los que se irían con un tío por su dinero. En ese aspecto pongo la mano en el fuego por el chico. Es de ley y sólo le mueve la querencia que le pueda coger por su polla y si llega a amarlo. El resto no le preocupa y no se deja comprar. El problema es Alex, que se quedaría sin su amigo, porque este majadero de Isidro no para quieto en ninguna parte. Dice que fijó su residencia en Londres. Para lo que está allí, bien podría decir que vive en cualquier hotel, que es donde se pasa la mayor parte del tiempo. Es el auténtico ciudadano del mundo por afición y por tener un culo de mal asiento..... Pero, además de lo que sienta Alex por Guille, a mi me jodería mucho dejar de joder al chaval. Es tan caliente y su piel es tan agradable cuando lo tienes cachondo perdido y abierto de patas para encastrarle la verga de golpe!. Joder!. En que líos me meten estos putos críos que tengo en casa!. Sólo quiero tener a uno, pero me cuesta soltar al otro. Y esto no puede ser. Por si acaso antes de esa puta cena le voy a poner el culo a Guille como una amapola bien abierta. Le voy a reventar el culo al muy jodido!. Y si el otro cabronazo le echa los tejos y lo encandila, se lo va a llevar más follado que el coño de la Paca, que era otra compañera de prostíbulo de la Bernarda. Me gusta ese crío, para que voy a negarlo.



Y esos ojos celeste y el ojete tan rosa y cerrado todavía me ponen en el disparadero sólo con verlo. Y luego está el otro, que todavía está mejor de todo. Y encima le amo y me moriría sin tenerlo en mi cama todas las noches para sentirlo pegado a mí y saber que respira y su corazón late por su amo, que soy yo. En eso tiene razón Isidro. Cualquiera se enamoraría de mi niño en una hora. Pero a ese si que no lo pongo en venta. Ese sólo es para mí. Y los demás que se jodan si sólo hay uno en el mundo y es irrepetible como dicen Pablo e Isidro”.

Y llegó la puñetera cena con Isidro y en casa de Pablo. Alejandro estuvo a punto de no llevar a Guille, pero no habría justificación posible para hacerlo, porque Pablo se había ido de la lengua con Isidro y ya conocía la existencia del chaval. Y el muy cabrón del puto rico le había llamado a Alejandro para decirle que con uno le llegaba y el otro debía dejárselo para él. Y aunque pensó no exponer a Guille a los codiciosos ojos de Isidro, no sólo lo llevó, sino que lo vistió como a un príncipe de vacaciones en la costa azul. Iba guapísimo y podía atraer a las piedras tan sólo con mirarlas. Hasta Alex le echó un piropo desusado entre ellos al verlo tan arreglado y peripuesto. Y Alejandro tenía la desagradable sensación de haberlo envuelto para regalo.

Y antes de salir de casa, volvió a tener sus dudas. Si Isidro se encaprichaba del crío y a éste le gustaba el rico, sería capaz de entregárselo?. Por supuesto ya le había advertido a Pablo y al interesado que ni mencionasen que estaba forrado, porque eso en lugar de ser un atractivo para Guille podría resultar contraproducente y rechazar de plano toda posibilidad de acercamiento a Isidro. Alejandro conocía de sobra al chaval y no era de los que le bailan el agua a nadie por creerlo poderoso. Ya que aunque ahora su familia no tuviese el mismo dinero que antaño, a Guille esas cuestiones le traían al pairo. Para él lo válido eran los sentimientos y las personas por si mismas. Gente buena y cariñosa como Alex y su amo, que también era su jefe, porque lo deseaba y le había aceptado Alejandro, al que consideraba su macho dominante y su descubridor a una vida diferente al desvirgarlo.

Y si Isidro se lo llevaba y luego se cansaba del chaval, como de tantos otros que tuvo anteriormente?. El problema sería el sufrimiento del chico al perder a un hombre del que se habría enamorado, porque por lo demás la cosa tendría arreglo. Volvería otra vez con Alex y con él y lo besaría y follaría todos los días para consolarlo. Y Alex le haría reír como siempre y estarían juntos de nuevo.

Y si podía ocurrir todo eso, para que carajo iba a ponerlo en peligro presentándoselo a Isidro?. Estaba tentado a castigarlo por cualquier cosa y encerrarlo en casa hasta que Isidro se fuese de nuevo por el mundo.

Pero ya era tarde para eso y los chicos estaban al pie del coche esperando por él para que los llevase a la cena de Pablo y de Diego, en donde estaría otro amigo de sus señores al que Alex ya conocía y le parecía muy simpático y agradable. Claro, cómo no iba a serlo el cabrón de Isidro si se bababa de gusto al ver al chiquillo de su amigo Alejandro y se cagaba por él haciéndole carantoñas como a un párvulo!. Y seguramente Guille le llenaría el ojo nada más verlo y estaría amabilísimo con él intentando cautivarlo y metérselo en al bolsillo. Si el mucho dinero le dejaba sitio al crío para meterse, claro.



Y como si efectuase una apuesta en una partida de cartas, entro en el coche y arrancó. “Lo que tenga que ser, será”, se dijo. Y miró a Guille sentado a su lado y le entraron ganas de besarlo y meterlo en el maletero del coche para que no se viesen él e Isidro. Y Alex se dio cuenta de que a su amo le preocupaba algo y le preguntó que le pasaba, porque lo encontraba raro esa noche. Alejandro le dijo que no, pero hasta Guille notó la mirada extraña del jefe al verlo sentado junto a él.

Al bajar del coche agarró del brazo a Guille y le dijo: “Mi amigo Isidro es un tío muy agradable y seguramente estará muy amable contigo. Tiene debilidad por los chicos guapos e intentará cazarte”. Guille no dudo en decir: “Tú eres mi jefe, y no me interesa nadie más que tú. Seré amable con él si tú lo quieres, pero nada más”. “De todos modos se amable con él”, le ordenó el jefe. “Sí, jefe. Lo seré”, acató el chico.

2 comentarios:

  1. Si el amigo es un marica macha como dice, Alejandro pordría romperle el culo como postre de la cena!

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  2. Quiero saber q pasaraaaaaaaaaa
    besossssss
    eli

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