Eran casi las once de la noche cuando llegaron Alejandro y Alex al pazo. No los esperaban tan pronto y la madre de Guille tuvo que prepararles un cuarto para ellos. Y nada más entrar, Alejandro preguntó por Guille. Y fue Rober quien le informó que no estaba allí. El hermano sabía que Guille no quería verlos, pero ante la mirada profunda de Alejandro y los ojos suplicantes de Alex, Rober confesó donde estaba su hermano menor y le contó a Alejandro cual era la situación anímica del pobre Guille y el motivo de sus intenciones de fuga.
Isidro les recibió como si él fuese el señor del noble solar. Y lo más gracioso era que ya se había hecho el puto amo, porque parecía que todos le obedecían ante la sonrisa complaciente de Rober y su madre. Y mientras Alex subió a llevar el equipaje a la habitación que les habían dispuesto, Alejandro salió como una flecha hacía el lugar que Rober le indicó en el mapa. La casa no tenía pértiga y además nunca cerraban la puerta con llave, así que podría entrar sin problemas y coger a Guille desprevenido del todo.
Alejandro aparcó el coche antes de llegar a la verja y sacó del maletero una cuerda y un rollo de cinta aislante de ancho doble. Entró en la casa sin hacer ruido y sorprendió a Guille por la espalda. Con un rápido movimiento lo lazó por el torso con un nudo corredizo y pronto lo había maniatado rodeándole la cuerda para sujetarle los brazos. El chico gritó aturdido, pero Alejandro enrolló la cinta amordazándole la boca y le amarró las manos a la espalda. El jefe era mucho más fuerte que el chaval y por más que quiso resistirse y defenderse no pudo librarse de las fuertes manos de Alejandro. Y antes de percatarse con claridad quién lo atacaba, ya había quedado a su merced tumbado boca a bajo sobre la cama.
Guille vio de reojo a su atacante y se agitó como una anguila meneando el cuerpo y negando con la cabeza, pero sólo profería gruñidos incomprensibles que nadie podía escuchar para acudir en su defensa. Alejandro se quitó el cinturón que llevaba puesto y le dijo al chaval: “Crees que huyendo de mí te librarás del castigo que mereces por dudar de mis intenciones al enviarte a tu casa?..... Cómo pudiste creer que te mandaba para ser el juguete de Isidro?. Es verdad que sabía lo de la fiesta, pero no que ese puto mal nacido viniese antes de tiempo a intentar engatusarte con sus trucos de galán trasnochado. Yo pensaba estar aquí para protegerte porque me importas mucho. Más de lo que estúpidamente supones, puto imbécil!. Y no voy a molestarme en bajarte ese pantaloncito para darte la mayor paliza de tu vida”.
Alejandro con su dos manos rasgó la tela del calzón y dejó las preciosas nalgas del crío a la vista. Dio dos vueltas a la correa en su mano derecha y le anunció el castigo: “Voy a despellejarte el culo a zurriagazos y así aprenderás de una puñetera vez a diferenciar a un hombre de un gilipollas!”.
Guille cerró con fuerza los ojos para no descubrir que lloraba y esperó el primer azote resignado a su irremediable castigo. Pero lo que notó fue el peso del cuerpo del jefe sobre el suyo y su voz le decía al oído: “No hace falta que te enseñe lo que es un hombre porque sólo tienes que verte en un espejo para verlo...... Pero he de castigar tu rebeldía y tu obcecación al querer esconderte de quien sabe apreciar lo que vales”. El chico sintió los dedos del jefe ensalivándole el ojete y, sin dilación, la verga se lo perforó sin dejarle tomar aire. El crío notó la clavada, pero abrió las cachas para tenerla dentro entera, y el jefe le susurró: “Aquí se acaba tu última oportunidad de ser libre, porque me estoy follando a mi otro esclavo. Me perteneces igual que Alex y si te niegas a servirme voluntariamente lo harás por la fuerza, aunque tenga que encerrarte hasta doblegar ese orgullo que no puede permitirse un esclavo frente a su señor”.
Alejandro le estaba jodiendo el culo con más fuerza de la necesaria para dejarle claro al chico que su destino era ser suyo y Guille gemía bajo la mordaza y su cuerpo se estremecía como un ciervo herido. Pero lo que de verdad sentía era el fuego de su amo que le quemaba el corazón. Las lágrimas y los mocos manchaban la cinta adhesiva y Alejandro se la quitó para que pudiese respirar mejor y oírle suspirar con cada metida a fondo de rabo que le daba.
Y quedándose dentro del chico inmóvil, el amo le habló suavemente a su esclavo: “Jamás podría dejarte ir a tu libre albedrío, puesto que ya me pertenecías desde que viniste a mi casa. Me llamabas jefe, pero para mí significaba amo. Y eso es lo que soy y he sido para ti desde el principio. Tu amo, Guille. Y tú mi esclavo, absolutamente mío. Y al no tenerte me di cuenta de lo que me gustas. Y también de lo que te quiero. Pídeme perdón o continuaré dándote por culo como castigo hasta dejarte sin ano”.
Guille ya no estaba en este mundo sino en el edén del eterno placer, pero le rogó a su amo: “No te pediré perdón si me privas de este castigo . Y en cambio te diré que eres un puto cabrón del que estoy enamorado y te amo sin remedio y más que tu esclavo seré tu perro con tal que no me apartes de ti otra vez. Mi amo, no podía soportar más tiempo sin verte y sentir tu cuerpo dentro de mí. Pero me encontré abandonado al ver a tu amigo y pensar que tú hubieras podido mandarme a propósito para estar con él. Y aunque pensé entregarme a él, no pude y creí que lo mejor era escapar de todo. Lo siento, pero no estaba preparado para eso, amo”.
Alejandro le dio un beso largo en la boca y le dijo: “Voy a meterte toda la leche que por tu culpa llevo almacenada en los huevos. Pero no te liberaré, porque esto es una ceremonia indicativa de que a partir de ahora tu boca sólo podrá hablar si yo lo quiero y permito y tus movimientos dependerán de mi generosidad. Ya no eres libre ni para mover un sólo dedo sin mi permiso. Eres totalmente mío de por vida, Guille. Y aunque no haga falta amarrarte para tenerte sujeto, así te quedarás hasta que olvide tu salida de madre”. “Amo, tú eres mi cadena más fuerte e imposible de romper. Haz de mí lo que quieras, porque sin ser tu esclavo no entendería la vida, mi amo”.
Al terminar el polvo, el amo dejó al esclavo sobre la cama y le dijo: “Guille, voy al pazo a buscar a Alex y pasaremos el resto de la noche aquí los tres..... Y tú permanecerás atado en esa cama hasta que me salga de los cojones”.
Alejandro se abrochó los pantalones y se acercó a Guille para darle un beso en la boca y le acarició el cabello como a un perrillo después de hacer la gracia de ponerse en pie sobre las patas traseras. El chico lo miraba sin atreverse a pedirle que lo soltase y dejase que lo acompañase para ver a Alex cuanto antes, pero se rindió a su suerte y hundió la cara en las sábanas dispuesto a esperar que volviese su amo con su amigo Alex.
Y el amo añadió: “Mañana iremos al pazo los tres y nos quedaremos allí para la fiesta de Isidro”. Y el esclavo levantó la cabeza y le dijo: “Amo, a tu amigo le gusta mi hermano. Y a él también le atrae Isidro. Con suerte puede que se libre de su novio, amo”. “Esa era parte de la idea al venir aquí. Y ya veo que va funcionando. Isidro es bastante previsible, aunque a veces se salga del tiesto como venir con tanta prisa para llegar el primero. Pero ahora dejaré que se te ventile el agujero un buen rato, aprovechando que tienes el pantalón roto en el culo, porque en vez de un bodoque ahora tienes un boquete. Y luego, cuando vuelva con mi otro esclavo, ya veré si te doy los correazos que mereces o perdono tu atrevimiento”, contestó el amo y se fue dejando al crío como un rollo de carne relleno de leche, bien atado y sazonado para guisar.
JEjjeje!!! Me encanta ser el primero en poner un comentarío. Adoro la manera en que escribe el maestro Andreas, pues tiene una visión franca, humilde y sencilla de la situación Amo - Esclavo. Soy joven, pero no puedo evitar, desear o esperar una vida como la de Alex o Guille, bajo la tutela de un Amo como Alejandro.
ResponderEliminarMaestro Andreas, me tienes de ito en ito esperando la continuación de la historia; ójala pronto pueda tener contacto contigo... bueno, la verdad es que he tenido algo de miedo al intentar contactarte... pues me siento cohibido por su presencia, que se ve claramente reflejada en tus historias.
Con aprecio Scott Moon
P. D. También me detiene el hecho que no he preparado el proyecto de relato que me gustaría que supervisara, claro, si lo cree prudente y tiene tiempo.
Siempre es grato leer algo escrito por otro y comprobar que la creatividad sigue viva. Par leer algo interesante siempre hay tiempo
ResponderEliminarHaaa!!! Maestro Andreas, me has dado el valor suficiente para seguir adelante. No tardará en saber de mi, y que le muestre el proyecto que traigo entre manos.
ResponderEliminarTe agradesco tu infinita humilda, gracia y nobleza; pocos hombres como usted que saben elegir las palabras adecuadas para expresar lo que piensa.
Con afecto Scott Moon.
P. D. Un agradecimiento especial al Amo Germán, Esclavo Ayax y Stephan por permitirme comunicarme con el maestro Andreas por medio de su Blog. Afecto para ustedes también.
hola maestro Andreas,,,,,es siempre algo exitante y satisfactorio leer cada una de las historias que pucblica, su manera de relatarlas me lleva siempre a la fantasia de sentirme participe de ellas y ser el tercer esclavo a los pies y las ordenes de su amo.
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