Alex estaba intranquilo y los nervios no le dejaban parar ni tomarse un minuto de respiro. Ya había hecho los ejercicios acostumbrados y también la mayor parte del trabajo que su amo le mandará para ese día, pero no podía estar quieto y se tiró al agua para nadar y quemar energía y la comezón que tenía en el estómago.
Su amo había llevado a Diego a la consulta de Pablo y la inquietud por el destino de de Diego se apoderó de Alex. Se había acostumbrado a estar con el otro chaval y lo pasaban bien juntos. Y, además, ya no lo veía como un rival, ni tampoco lo comparaba con los otros que su señor usaba en el sótano. Diego nunca le contó lo que le hacía Alejandro en ese lugar, pero Alex, aún deseando satisfacer su curiosidad, no se lo reprochaba ni le insistía en ello, pues sabía que su amo le había prohibido a Diego hablarle de ese tema.
Por otra parte no hacía falta discurrir mucho para darse cuenta que si Diego todavía seguía en la casa, se debía a que Pedro no lo quería como esclavo y se lo había endilgado subrepticiamente a su dueño al dejárselo con la excusa de adiestrarlo. Y eso que ni él ni Diego sabían que Alejandro se había cabreado con su amigo precisamente por ese motivo. Pasada la segunda semana, Alejandro llamó a Pedro y le dijo que Diego ya estaba domado y podía ir a recogerlo. Pero el muy cara le soltó con todo el descaro que ya tenía otro chaval que le gustaba más que Diego y, por tanto, si no lo quería como esclavo, que lo dejase en la calle que él solo se buscaría la vida sin problema.
Alejandro lo puso verde y le reprochó su falta de responsabilidad, recordándole que tenía una obligación moral con el muchacho, porque un esclavo no era un muñeco de trapo para dejarlo tirado en un rincón cuando te cansas de jugar con él. Pero esas cosas a Pedro le entraron por un oído y le salieron por el otro y sólo añadió que sexualmente no le complacía y le resultaba aburrido y tedioso. Hizo constar que cuando lo encontró estaba sin nada y que casi un año había vivido a su costa demasiado bien, así que el chico no podía quejarse. Además era muy espabilado para salir adelante el solo, por lo tanto no había ningún problema en abandonarlo a su suerte.
Aquello le pareció inaudito a Alejandro y se enfureció tanto que le colgó el teléfono y no quiso oír más explicaciones de ese miserable. Y no quiso decírselo a los chicos hasta que no tuviese claro el futuro de Diego. Porque lo que desde luego no haría era echarlo de su casa sin más. Alex le tenía cariño al chaval y él también lo apreciaba porque era un buen tío, con independencia de su físico, sensualidad y buen juego para el placer del dolor. Cualidades nada despreciables, por otra parte, sin olvidar su habilidad en la cocina.
Pero Alejandro no concebía tener un esclavo en su casa que no estuviese también en su corazón y ahí Alex no dejaba sitio para ningún otro. Como muchas veces le dijera a su chico, los putos del sótano sólo eran carne. Y Diego tampoco era sólo eso para Alejandro a pesar de no amarlo como a su esclavo.
Desde el momento en que mandó a la mierda a Pedro, colgando la llamada, a Alejandro se le planteó un panorama complicado en el que estaba en juego el porvenir de un muchacho que necesitaba un amo. Y no para que lo mantuviese, sino porque anímicamente era un esclavo, lo mismo que le pasaba a su Alex. Los dos chicos sólo concebían la vida entregándose a su señor para amarlo y servirlo a cambio de nada. Y si el amo quería amarlos también, entonces eso era el paraíso para ellos. No había mayor privilegio en la tierra que ser el amado de su amo y que éste fuese su amante, como le ocurría a Alex con Alejandro.
Alex oyó la voz de Alejandro y le gritó que estaba en la piscina. El amo se acercó al borde y acarició el pelo del chico. Y éste el preguntó: “Y Diego, amo?. No vino contigo?”. Alejandro sonrió y le contestó: “Tranquilo que vendrá más tarde.... Lo dejé en la consulta con Pablo y me fui a resolver unos asuntos. Pablo quedó de traerlo antes de comer. Que por cierto también comerá con nosotros.... Vamos a tener que preparar algo tú y yo. Hoy no tenemos al cocinero, mi niño”. Alex preguntó: “Se va a quedar con tu amigo Pablo?”. “Aún no lo sé, Alex”, respondió el amo. Y añadió: “Estoy procurando que así sea, pero por el momento no hay nada decidido..... Vamos a echarle de menos. Aunque si no hacemos más ejercicio engordaremos con sus sabrosos platos. Nos está cebando a los dos!...... Te gusta estar con él, verdad?”. “Sí, amo. Nos divertimos y jugamos a muchas cosas. Y eso de la cocina también me divierte y es entretenido. Diego lo hace muy bien”, contestó el esclavo.
Y el amo añadió: “Esta bien que tengas un amigo de tu edad con el que hablar y que entienda tu forma de vida y de ver las cosas. Diego es un joven agradable y con buen fondo y te viene bien tenerlo como compañero y amigo. Un esclavo dedicado a su amo es mejor que sienta amistad por otro esclavo que pueda comprenderlo. Y más siendo tan jóvenes como vosotros. Lo ideal sería que Pablo lo aceptase y lo admitiese en su casa como su esclavo. Podríais estar juntos con frecuencia y mantener una amistad entre los dos. Además cenaríamos asiduamente en su casa o ellos en la nuestra y a los postres os daríamos caña como el otro día. Y ya no estaría el gilipollas de Borja para estropearnos la fiesta. Y, por cierto, me gustó el detalle que tuviste con el chaval al llegar a casa. Fuiste muy generoso, aunque he de reconocer que me usaste para alegrarle la noche a tu amigo Diego”. Alex se apresuró a excusarse y dijo: “Amo, no tuve intención de hacer eso y menos ofenderte faltándote al respeto, pero creí que tú querías follarlo y en ese momento me gustó ayudarte sosteniéndolo en mi hombro mientras le dabas por culo. Le tengo cariño a Diego, amo. Y me da pena que no tenga un dueño como tú que sepa tratarlo como merece”.
Alejandro le cerró los labios con dos dedos, diciendo: “Sé lo que querías y estuvo bien. Y la prueba está en que luego compensé con creces tu gesto. O no quedaste satisfecho con el polvo que te metí?”. Y al chaval le salió del alma: “Sí, amo!... No creo que haya nadie en el mundo más satisfecho que yo, amo. Tardaste en hacérmelo, pero ahora no creo que haya muchos culos tan follados como el mío. Y cada vez me gusta más que me la metas y me des más fuerte......Hasta dentro del agua me empalmo, amo”, “Pues sal de ahí y te follo antes de que vengan Pablo y Diego. Me has puesto cachondo viéndote desnudo en el agua y como te brilla el culo mojado al darle el sol”. Y se lo zumbó allí mismo sobre una tumbona, que quedó manchada con el semen del crío.
No habían terminado de adecentarse, cuando llegó Pablo con el otro chaval. Alex le dijo a Diego que le ayudase en la cocina para poder sonsacarle que había pasado con el médico. El chico le dijo que no podía contarle nada, porque Pablo le dijo que esas cosas eran privadas entre ellos. Pero lo que sí podía decirle era que había sido estupendo y gozó como una perra. Que el médico sabía donde debía de calcar y meter los dedos para hacerle saltar de delicioso dolor. Alex insistió, diciéndole que no fuese cabrón y le preguntó: “Al menos podrás decirme si te folló?”. “Con la mano”, contestó el otro. Y Alex volvió a preguntar: “No te preño?”. “Joder!. No!. Pero fue fantástico!”.
Y arrimando la boca al oído de Alex añadió muy bajito: “Que no me oiga, pero te diré que me corrí tres veces y él una, pero con cantidad de leche además. Me las hizo pasar putas, pero fue la hostia!.... Ya te digo que me puso como una perra cachonda perdida. Nunca había sentido tanto dolor ni tanto gusto al mismo tiempo. Pero o no quiso o no le dio tiempo a metérmela por el culo y preñarme. Y no te cuento más que me la cargo!”. “Vale, tío!”, dijo Alex Y le dejó caer: “Pues yo tampoco te diré que acaba de darme por el culo mi amo al borde de la piscina. Y también fue la hostia!”. “No te enfades, tío!. Es que me dijo que tu amo no quiere que te cuente las cosas que me hacen. Y si se entera tu amo que te digo algo es capaz de caparme. Ya me lo advirtió más de una vez... Qué quieres, que me la corte?, protestó Diego. Y añadió: “Venga , Alex, dame un beso y no te pongas a sí, que yo no tengo la culpa”. “Ya lo sé. No entiendo por qué mi amo me trata como si fuese un niño en lo que se refiere a lo que hace en el sótano con otros tíos!”, exclamó Alex.
Alejandro también interrogó a su amigo y quiso saber como había ido el reconocimiento médico de Diego. De entrada, Pablo le dijo que el chico era una joya y no sólo por el cuerpo y el precioso culo y la estupenda polla que tenía. Le había encantado el chaval y respondió de maravilla a los cuidados médicos conque le había atendido en su consulta. Y dijo: “Sólo te diré que se corrió tres veces sin tocarle el pito. Y le hurgué por todas partes lo que me salió de los cojones. Sin apenas lubricantes ni anestésicos a relajantes. Joder!. La exploración del aparato urinario fue la locura para él y para mí. Y con la rectal me corrí como un colegial en sus primeras prácticas de sexo”.
Alejandro sonreía y le preguntó: “Parece que no lo follaste?”. “No me dio tiempo y además se nos hacía tarde para venir a comer. Pero ya le cataré el culo con tiempo y más despacio. El muchacho merece un tratamiento completo”, le contó Pablo. “Y qué tal se portó el crío?”, inquirió Alejandro. Y Pablo se explicó: “De fábula!. Muy entregado desde el principio. Ya te digo que estuvo todo el tiempo empalmado sin parar de babear por el pito y se vació la primera vez retorciéndole los testículos y dándole golpes con un martillo para comprobar los reflejos.
La segunda fue al atravesarle agujas en los pezones y en el glande y los huevos. Y la tercera al meterle la mano por el esfínter para palparle el recto y la próstata y ahí me corrí yo también. Da gusto acariciar todo esa zona caliente y suave. Notas latir su vida en la mano. En un próximo examen quiero hacerle una rectoscopia y masturbarlo viendo como se contrae por dentro. Le meto por el culo un endoscopio rígido, que permite la exploración del ano y del recto mediante la visión directa, y puede ser la hostia. Le encanta que lo sonden por el pene y seguro que por el culo será mejor aún. Y antes le pongo un par de lavativas de las grandes y lo dejo con el agua dentro, taponándole el ano, hasta que suplique que ya no aguanta más. Y mientras no cague sentirá como si le estallase el vientre con la presión del líquido. Es un paciente genial para sacarle mucho jugo y verlo retorcerse de dolor, cachondo como una zorra. Después de todo eso, darle por el culo tiene que ser una gozada”. “Lo es aún sin hacerle tantas putadas. Te lo aseguro. Porque se enciende y gruñe como una cerda”, afirmó Alejandro.
Y le sugirió a su amigo: “Por qué no duermes con él una siesta después de comer?. Seguro que al chaval le encantará acompañarte y yo también descanso un rato con mi chaval. Te parece?”. “Puede ser un plan estupendo par empezar la tarde relajados. No crees?”, dijo Pablo. “Sí lo creo”, sentenció Alejandro. Pero preguntó: “No te esperará tu novio en casa?”. “Que le den por culo a ese niñato de mierda. Como se cabreó tanto con lo de la cena, se fue a casa de un amigo.... Seguro que debe tener en cartera a otro tonto como yo que lo mantenga. No me lo recuerdes que quiero seguir disfrutando con Diego”, dijo el médico. Pero le preguntó a su amigo: “Crees que ese crío podría enamorarse de mí?”. “Sí. Y tú de él también. Ya te dije que es un tío que merece la pena. Tanto, que si no existiese un Alex podría haber sido mi esclavo. Pero mi niño es insustituible para mí”, contestó Alejandro.
¿Donde queda el consultorio? ¿Donde atiende ese médico? ¡La dirección o teléfono por favor Andreas!
ResponderEliminarExcelente! esperando a ver como resulta entre Pablo y Diego...
ResponderEliminarBesossssss