Cuando Alejandro y sus chicos llegaron al pazo por la mañana, todo era agitación y gente que iba de un lado a otro llevando y trayendo cosas para preparar el escenario de la fiesta de Isidro. El amo habían pasado la noche en su casa, gozando de sus dos esclavos, y en las caras de los chavales se notaba aún la intensidad de los polvos que les había metido su dueño.
Guille le preguntó a su amo si podía ayudar a su madre en algo y éste le ordenó que fuese a verla y que hiciese lo que ella le mandase, porque él y Alex irían a la playa con Pablo y Diego para darse un baño y tomar algo el sol. Al muchacho no le hacía puta gracia quedarse en el pazo mientras su amo y el otro esclavo se divertían, pero entendía que ese era lo que debía hacer si su amo se lo autorizaba, naturalmente.
Alejandro y su amigo el médico, sentados en la arena y protegidos por unas dunas, comentaban sobre el dispendio que hacía Isidro con la fiesta, que realmente era para muy pocos invitados, pero la estaba montando a lo grande. Y por supuesto tal demostración de poder no era para deslumbrar a sus amigos sino al nuevo capricho, cuyo culo, a la vista de las tiernas miradas que le dedicaba, ya se lo había beneficiado unas cuantas veces después de haberlo catado en el alpendre.
Estaban seguros que Rober sería el novio ideal para Isidro, pero el problema era el novio que el chico tenía todavía, puesto que no había roto con el susodicho, de nombre Ramón. Ni sabían si sentía algo por Isidro o sólo le estaba poniendo los cuernos con al otro. Guille opinaba que su hermano solamente estaba enganchado a la polla de su novio y si encontraba otra que se lo follase mejor no tendría ningún problema en darle pasaporte. Pero esa conclusión podía ser fruto de la poca simpatía que le tenía el chico a Ramón.
Los amos miraban los chapuzones que se daban sus esclavos, pasándolo en grande y subiéndose a los hombros uno del otro para lanzarse al agua y bucear sorprendiendo al trampolín para levantarlo de pronto y tirarlo con fuerza. Y también comentaron lo bellos que se veían sus cuerpos desnudos y mojados, tanto que las pollas de ambos machos se pusieron duras como piedras.
Y Alejandro llamó a Alex que fue donde su dueño corriendo como un niño al que le van a dar un helado. Y le dijo: “Dime, amo”. “Qué tal está el agua?”, preguntó Alejandro. “Algo fría, pero cuando te acostumbras está muy buena, amo”, respondió el esclavo. “Y el amo le ordenó: “Acércate...... Tienes las piernas heladas!. Y el pipí congelado..... Parece el de un bebe así de pequeñito. Verdad, Pablo?”. Alex protestó diciendo: “Está encogido, amo. Pero tampoco es tan pequeño para ser sólo un pipí de niño”. Pablo y Alejandro se rieron y éste le dijo al chico: “Venga. Y has hecho mucho ejercicio y ahora debes tomar algo para recuperar las fuerzas.... Arrodíllate delante mía y tómate una buena ración de leche de mi polla....Pablo no le vas a dar la tuya a Diego?”. “Sí”, contestó el médico y también llamó a su esclavo para ordenarle que le mamase la verga puesto de rodillas al lado de Alex.
Los dos esclavos, con sus labios pringados de semen, dieron las gracias a sus amos y se relamieron para no dejar ni un espermatozoide sin meterlo en el estómago. Y las babas de los críos se mezclaron con la arena al caer desde sus capullos brillantes e hinchados de excitación. Alejandro era partidario de dejarlos así y enviarlos de nuevo al agua para que el frío les bajase las vergas, pero Pablo prefirió ordeñar a su esclavo y chuparse los dedos una vez que Diego le diese el semen en la mano. Y Alejandro también agarró la polla de su precioso esclavo y le vació las pelotas directamente en su boca.
Y tras el refrigerio, se fueron todos al gua antes de comenzar a hacer la digestión. Y sumergidos en el mar no oían la voz de Guille que los llamaba desde la orilla. El chico agitaba los brazos, pero nadando en una loca competición entre los cuatro, no se daban por enterados de la presencia del chaval. Y éste se puso en bolas y se metió corriendo para llegar hasta ellos nadando rápidamente.
El primero en verlo fue Alex y se aproximó al esclavo para volver los dos junto al amo. Y éste le preguntó: “Ya hiciste todo lo que te encargó tu madre?”. Y Guille respondió resoplando agua: “Sí, amo...Pero ha surgido un problema”. “Cual?”. Preguntó Alejandro. Y el chico le contó en pocas palabras: “Vino Ramón a joder la marrana. Y nuca mejor dicho, tanto por lo de joder como por lo de marrana...Que a Rober lo trata como a una cerda, amo”. “Vaya!. Pues habrá que poner remedio a eso. No crees, Pablo?”, dijo Alejandro. “Sí. Y cuanto antes mejor”, respondió el otro amo.
Salieron del agua y Alejandro interrogó a Guille: “Dime que pasó”. El chaval intentó resumir los acontecimientos: “Amo, estábamos terminando de arreglar el salón y el comedor en el momento en que apareció Ramón. Rober no lo esperaba ni suponía que vendría a buscarlo. Y al ver a Isidro inmediatamente sospechó que entre mi hermano y él pasaba algo. Ramón es gilipollas pero no tonto y sabe leer la mirada de Rober. Y los ojos que pone al ver a Isidro le delatan. Quisiera pensar que mi hermano ve algo más que un buen polvo en Isidro y creo que no me equivoco si digo que se está enamorando de tu amigo, amo. El asunto está en que tenga huevos para despachar al otro con viento fresco. El caso es que Ramón se puso violento y quería llevarse a Rober por la fuerza, pero Isidro se lo impidió. Estuvo muy valiente y Ramón se arrugó, pero Rober dijo que quería hablar con él a solas. Ahora vamos a ver por cual se decide mi hermano”. Alejandro miró a Pablo y dijo con cierto asombro: “Así que Isidro defendió su presa!. Eso es un buen síntoma tratándose de él. Por un mero capricho para unos polvos solamente no hubiese dado la cara el amigo Isidro..... Pablo, creo que tenemos boda en el pazo además de fiesta. Bueno, también puede convertirse en la celebración de esa boda. No te parece?”. “Sí. Haremos lo imposible para que sea así, mi querido Alejandro. De esta casamos a Isidro con ese guapo muchacho de ojos celestes”, aseveró Pablo. Y Alejandro añadió: “Alegra esa cara Guille que vas a tener un cuñado muy rico para que le cumpla todos los caprichos a tu hermano. Y me temo que deben ser muchos, además”. “Sí, amo. Rober es algo antojadizo para ciertas cosas. Sobre todo con los trapos y cosas de ese tipo. Le gusta todo lo que a mi no me importa en absoluto”. Alejandro miro a su esclavo y agarrándole por el mentón le dijo: “Tú estás mejor al natural y sin ropa. Y recién follado aún mejor. Tenemos tiempo de ir a casa para cambiarnos antes de la comida?”. “Sí. Amo. Hoy se comerá tarde con inesperada visita de Ramón”, contestó Guille. Y el amo les dijo a sus esclavos: “Entonces vamos a casa que todavía hay tiempo de daros caña para abrir el apetito. Ir delante y prepararos para que vuestro amo os use a los dos. Veros desnudos al sol me pone la sangre a tono”.
Y con la misma, Pablo se fue al pazo a darle por culo a Diego y Alejandro se marchó a hacer otro tanto con sus dos esclavos que ya se habían ido corriendo a lavarse el culo y dejarlo listo para recibir dentro al amo. Y durante la comida Alejandro y Pablo desplegarían su estrategia para unir a Rober con Isidro. Los planes tenían que salir bien a toda costa porque el hermano de Guille necesitaba un hombre que pudiese mimarlo aunque no le diese los azotes que en ocasiones le hacían más falta que comer. Pero no todos los machos saben tratar con mano firme a un joven cuando se pone tonto y hay que demostrarle quien manda y tiene los cojones bien puestos, aunque haya que romperle el culo antes de clavarlo como a una oliva, como muy bien sabían Alex y Guille.
Sonrisas Andreas.
ResponderEliminarBesos
Eli
Mi correo chicosss loquillog@hotmail.com para hacer cosiitasss
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