"Quién dará vida al bello esclavo sino su amo?. Sus rasgos pueden ser perfectos y su cuerpo hermoso, pero sólo su señor posee el corazón del siervo que vive por y para el placer de su dueño. De su amante y de su dios. El es sólo un pobre perro triste si le falta la mano que sujete la cadena con firmeza y afecto. Solamente es carne sin el alma que le regala el amo al fecundarlo de amor"
ANDREAS

domingo, 23 de enero de 2011

36 En el café

La música imprimía ritmo al cerebro y tamborileaba con los dedos las betas del mármol que servía de tapa a la mesa del café, sobre la que temblaba la llama de una pequeña vela.

Un piano, mudo desde hacía décadas, se aburría apoyado contra la pared frente a Alejandro. Era un pequeño y estrecho local y resultaba imposible no enterarse de las conversaciones ajenas. Ya eran las siete y diez y en cinco minutos debería llegar Alex.

El chico había tenido un examen esa tarde, pero no médico sino en la universidad, y Alejandro aguardaba al muchacho sentado delante de una taza de café y cotilleando todo cuanto se decía o pasaba a su lado.

Sus vecinos más próximos eran dos chavales no mayores que su esclavo, que al parecer discutían o al menos el tono de voz no era precisamente el del arrullo de unos enamorados, aunque esa acritud sólo podía deberse a que lo estaban o lo habían estado unas horas antes. Por lo que se decían, a todas luces se trataba de una pelea por celos a cuento de que otro se había metido por medio para joderla y uno de ellos no había estado todo lo firme que el otro esperaba de su novio.



Eran unos críos tan monos que daba pena verlos reñir posiblemente por una bobada sin más consecuencias que el disgusto que se estaban llevando los dos. Y a Alejandro por un lado le causó gracia, pero por otro lamentó que dos muchachos tan agraciados no aprovechasen mejor su amor y en lugar de discutir follasen a calzón quitado.

Y en pleno rifi rafe de tu hiciste y yo te dije, entró Alex en el café, mirando a todas las mesas para localizar a su amo. Alejandro levantó la mano y el chico fue a sentarse frente a él, pero el amo le dijo que lo hiciese a su lado en el mismo asiento, ya que era una especie de banco corrido para varias mesas puestas en batería. Nada más hacerlo el amo le besó en la boca y le preguntó: “Qué tal te salió?”. “Alex no venía demasiado contento y sólo le contestó: “Puede que me gane una paliza..... Lo había preparado bien y estudié fuerte, pero me puse nervioso..... No sé..... A lo mejor sólo son neuras mías y la nota no es tan mala”. El amo llamó al camarero y le pidió otro café para Alex. Miró otra vez a los enfadados vecinos y le dijo a su esclavo: “Alguna zorra tentó a uno de ellos y el otro le está leyendo la cartilla por no hacer lo que debía..... Y eso es una pérdida de tiempo.... Yo no discuto ni te monto broncas. Sencillamente te zurro el culo y arreglado el problema. No crees que eso es mucho mejor que airear los problemas en público?”. “Sí, señor”, aseveró Alex. “Pues dile cual es tu problema ahora y como lo va a solventar tu amo”, le ordenó Alejandro.

Alex miró hacia los chavales que estaban a su lado y algo tímidamente les dijo: “Por favor. Perdonar si os molesto, pero mi amo me ordena que os diga que hace él si mi comportamiento no es lo que espera. Acabo de hacer un examen y no sé si la nota le agradará a mi señor. Pero no me monta el pollo aquí ni nuestra relación queda alterada o se pone en peligro por eso o por cualquier otra cosa. Nos amamos con toda el alma y si mi conducta merece su reprobación, como en el caso de que el resultado del ejercicio no le parezca suficiente, en casa me pone sobre sus rodillas o apoyado en una mesa y me calienta el culo con una zurra de campeonato. Lo malo es que si es por mal rendimiento en los estudios no me consuela después. Y cuando es por otra causa, tras la paliza me folla con las nalgas ardiendo y ese es el mejor consuelo, porque me pongo como una perra necesitada de macho. Bueno. Disculpar la interrupción”.



Los chavales se quedaron pasmados mirando a los dos tipos, que ni se habían enterado que estaban allí sentados, y uno de ellos le preguntó a Alejandro: “Eres su amo?”. Alejandro se sonrió y le contestó: “Sí. Soy su amo y él es mi esclavo. Y lo amo más que a mí mismo, por eso no pierdo el tiempo con riñas y lo disfruto hasta cuando le pego. Aquí no estamos mucho tiempo como para perderlo. Cuál de vosotros hace de macho al follar?”. “Yo”, respondió el que se interesó por saber si era el amo de Alex. “Y el devaneo con otro lo tuvo él?”, preguntó a su vez Alejandro señalando al otro. “No fue nada. Sólo estuve hablando con él!”, Exclamó el aludido. Y Alejandro dijo: “Lo creo, porque tienes cara de buen chico. Pero tu novio debe castigarte para que aprendas a respetarlo y no habrá ninguna otra vez..... Llévatelo a casa (le dijo al otro) y nada más entrar, ponle el culo al aire y sobre tus rodillas le das cincuenta azotes con la mano. Luego no hace falta que le lubriques el ano, fóllatelo y te querrá más que antes. Y tu sabrás lo que se siente al darle por el culo al que amas quemándote los muslos con sus cachas ardiendo. Y os deseo toda la felicidad del mundo porque me caéis simpáticos y sois muy guapos los dos”. Los chicos sólo le dieron las gracias y se marcharon cogidos de la mano.

Alejandro volvió a besar a Alex y le dijo:“No sé si le zurrará, pero si no lo hace es idiota, porque su noviete tiene un culo precioso y debe ser un gustazo azotarlo antes de clavarle la verga a fondo, igual que te voy a hacer a ti al llegar casa. Siempre se ha dicho que hay que predicar con el ejemplo y yo soy muy cumplidor para esas cosas. Vamos mi niño, que la paliza de hoy tendrá consuelo después”

Y al llegar a casa hubo paliza, más cariñosa que punitiva, y tuvo consuelo el esclavo. Y lo necesitaba pues aún estaba triste por lo del examen. Más su amo sabía como dosificar sus atenciones, los mimos y los castigos, porque en todo y sobre todo estaba el amor entre los dos. Y tan acto de amor y sexo era la zurra como el polvo.

Con el culo caliente y el ano abierto, Alex se puso a comprobar si su examen no le había salido tan flojo como él pensaba y descubrió que su situación no era tan trágica, aunque no estaba para sobresaliente, su nota no bajaría de un notable. Pero esa calificación no era bastante para su dueño, así que probablemente le cascaría por ello y sin consuelo posterior. “En fin (pensó el chico), o aprieto los codos o me quedo sin culo. Y lo que es peor, sin polvo y con la sangre de las cachas y de la polla hirviendo. Y eso no me resulta rentable. Me pondré a estudiar, ya”.

Pero su amo, que lo observaba, se acercó al chaval por detrás y le beso la nuca diciendo: “Sé que has estudiado y te esfuerzas por obtener buenas notas. Pero la calificación no es lo importante. Lo principal es que aprendas a utilizar tus conocimientos pensando con lógica y sentido común. Que razones y tu mente sepa distinguir lo realmente bueno y necesario y deje en un segundo plano lo superfluo e irrelevante, o, si encima es intrínsecamente malo, lo rechace. Lo fundamental es que sigas siendo un hombre de bien como lo has sido hasta ahora. Deja el estudio por hoy. Después de un examen no es bueno abotargar la cabeza dándole vueltas a lo que ya está hecho. Si salió mal, paciencia. La próxima vez saldrá mejor. Yo no te voy a reñir por los resultados sino por la falta de esfuerzo. Y en eso no tengo queja..... Alex, no recuerdo haberte dicho que te quiero”. “Amo. es que no me lo has dicho desde que tomamos el café. Bueno, tampoco me lo dijiste a mí sino a los dos pavos que se peleaban porque uno sospechaba que el otro le había puesto los cuernos”, respondió Alex aclarando exactamente la cuestión.

Y el amo le preguntó: “Y tú crees que se los había puesto?”. Alex se sonrió con malicia y contestó: “Sí. El más joven, el que ponía el culo, tenía mirada de ser una zorrita a la que le molan los pollones. Y el paquete del otro no era nada aparente. Así que seguramente el tercero en discordia la tenía grande y gorda. Y eso le hizo flipar al muy puta!. Y si no se lo folló el otro macho, sería porque no quiso o por no darle tiempo a clavarlo como una mariposa contra la pared o donde lo hubiese encontrado. Un vicioso al que le gusta que le den, como yo, conoce bien la cara de otro de su misma especie. El problema de ese chaval es que su novio no lo tendrá bien saciado y no lo llene de leche como me sacia y llena mi amo todos los días..... Sólo tengo que tocarme el agujero para ponerme caliente otra vez al notarlo dilatado aún y húmedo porque me sale algo de semen todavía, amo”. “Eso es peligroso!. Habrá que taponarlo bien. Ve a la habitación por un cono de látex que está en el cajón derecho del armario. Te lo pondré para que no viertas más leche....... Espera. Vuelve..... Será mejor tabicártelo con mi carne y darte caña otra vez. Y ya te meteré el cono luego cuando tengas más leche dentro.

3 comentarios:

  1. Q bueno! Me encanta como le enseña las cosas de la vida y los premios y castigos q reciber. Eres un maestro! Gracias por compartir. Besos

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  2. Impresionante! me leí los 36 capítulos del tirón, no podía parar.
    Yo también escribo y aunque pensaba que a veces era demasiado dura, tu me superas con creces!
    Mi temática es homoerótica pero ni de lejos tan hard como la tuya.
    Espero ansiosa por mas capítulos, enhorabuena por esta historia tan espectacular!

    Un saludo!

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  3. Gracias por vuestros comentarios y la afición por estos relatos. Hachiko, me halaga lo que dices, más teniendo en cuenta que también escribes sobre este tema y me gustaría leer algo tuyo. Aú falta bastante de esta historia, así que espero que te guste todavía más. Saludos

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